Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

sábado, 26 de marzo de 2016

VIENDO PASAR A LA VOLTA


Ha tenido que pasar La Volta cerca de casa para que me viera obligado moralmente a volver a subirme a la bici y acercarme a ver su fugaz paso por estas carreteras.

Ayer viernes, a última hora de la noche, casi ya de madrugada, dejé a punto las dos bicis, la de montaña y la de carretera. Tenía varias opciones posibles y como me conozco bien, dejé abierta cualquier posibilidad de cara al día de hoy.

Según a qué hora me levantara, y sobretodo, según con qué ánimo me levantara, optaría por coger carretera hacia el Alto de les Ventoses (la opción más bonita y también más dura), o acercarme a Castellet por montaña o por carretera (opción menos bonita, pero más factible).
La opción más fea era ir en coche a verlos. Pero esa estaba casi descartada desde el principio.

Al final me he levantado lo suficientemente pronto como para afrontar cualquiera de todas esas posibilidades, pero no lo suficientemente animado como para hacer ninguna de ellas...

He tenido que luchar fuertemente contra mí mismo para conseguir, varias horas después de haberme levantado, vencer a mi fuerte apatía y salir por fin montado en "La Espe" en dirección a Castellet, por donde ya miraría en que zona pararme a ver pasar a los máquinas.

Era la opción más cómoda por tiempo, dureza y kilometraje, pero no la más bonita de cara a ver el paso de los ciclistas.

De todas maneras, teniendo en cuenta que he estado a punto de quedarme en casa y verlos por la tele, creo que la decisión que he tomado no ha sido ni mucho menos tan mala como podría parecer en un primer momento.

Llevaba dos meses sin subirme a la bici, y cuatro sin hacer carretera. Bien es verdad que todo empezó con un catarro ligero, que tres semanas después se convirtió en un catarro severo, y que otras tres semanas más tarde no puedo decir que haya limpiado del todo. Así que los treinta kilómetros que he hecho pueden considerarse un gran kilometraje dadas las circunstancias.

Un día espléndido, aunque yo he salido de largo, que el aire aún es frío, y menos tráfico del que me esperaba en la carretera del pantano.

Muy contento por haber salido, por haber cogido la bici, y por haber visto en acción, aunque fuera sólo por unos pocos segundos, a esos auténticos titanes de la carretera.

Salir o no salir, esa es la cuestión...

¡Salir!

Hoy, carretera tranquila.

Me encanta esta carretera...

Ya de vuelta, esperando a que pasen los auténticos máquinas.

Lo importante de hoy no era la ruta en sí, sino el hecho de salir a hacerla.



Pues eso ha sido todo. Hora y media de bici, tres cuartos de hora de espera, y sólo unos pocos segundos para ver pasar a decenas de ciclistas, en los que sólo me ha dado tiempo a reconocer a Contador. Si es que pasan lanzados, y es casi imposible verles las caras.

Ahora a ver lo que tardo en volver a subirme a una bici...