Muy guapa la salida que hemos hecho hoy varios compañeros de trabajo, y de vicio también. Carlos, Ramón, Ángel, “los dos Xavis”, y yo, nos hemos juntado por iniciativa de Carlos, que quería que hiciéramos una ruta juntos con la excusa de celebrar el final del año dándonos un merecido homenaje en forma de almuerzo.
Así que, aunque no es mi costumbre, por primera vez he salido a hacer una ruta en bici sólo como excusa para pegarme un tremendo almuerzo. Y es que la ocasión lo merecía. Durante el año trabajamos juntos, y de vez en cuando también compartimos kilómetros por esas montañas de Dios. Había que celebrar un “almuerzo de empresa” como es debido.
Pocos minutos después de las ocho de la mañana empezábamos a dar pedales desde la Plaza Mireia de Esplugues, y claro, para ir entrando en calor lo mejor era ir hacia arriba.
Al poco de empezar, Ramón iba tan sobrado como para adelantarse a hacer fotos
Un rato después, en la Ermita de Sant Medir
A pesar del “ligero” frío mañanero (hemos llegado a estar a -1ºC), hemos podido disfrutar de un día espléndido. El cielo despejado, la luminosidad excelente, la atmósfera limpia, y la temperatura muy buena. A pesar de que a mí me va el calorcito...
La ruta que nos ha preparado Carlos, guapísima. Una vuelta por territorio “collserolense” que ha hecho las delicias de todos los que hemos participado (incluso alguno ya la había catado días atrás con él). Hay que felicitarle, porque realmente ha sido un recorrido muy bonito.
Pistas y senderos de todos los colores, un poquito de asfalto para enlazar caminos, subidas no excesivamente exigentes (aunque nuestro estado de forma a final de año hace que lo parezcan), bajadas muy divertidas; y en general, un recorrido sin gran dificultad técnica que nos ha permitido disfrutar mucho subidos en nuestras bicis.
Cuando llevábamos tres cuartas partes del recorrido hecho ha llegado el plato fuerte del día, y nunca mejor dicho: la parada a almorzar. Alguno ni había desayunado reservándose para ese momento. ¡Que inconscientes! Mira que si Carlos, por hacernos la inocentada, no nos hubiera llevado a ningún restaurante…
Pero no, no ha habido inocentada, y sí butifarrada.
Después del “avituallamiento” ya sólo quedaban unos cuantos repechos que superar. Pero claro, después del parón han costado más de lo normal. Aunque no veas cómo iba de lanzado alguno al que le esperaba la mujer en casa “con los brazos abiertos”. ¡Jajajaja!
Al final, un recorrido que, a pesar de haberlo hecho en plan “charlotada” (así fue como Carlos dijo días atrás que nos íbamos a tomar la salida) ha tenido unas cifras muy respetables:
Últimamente no estoy muy inspirado y me cuesta reflejar en palabras las sensaciones experimentadas en ruta, así que la crónica va a ser cortita. Pero no puedo acabarla sin dejar de decir que el ambiente entre nosotros ha sido magnífico en todo momento, que ha habido muchas risas, y que, y creo hablar en nombre de todos al decirlo, nos lo hemos pasado de maravilla.
Un abrazo compañeros, y aunque ya nos lo hemos deseado, que tengamos todos una magnífica entrada de año.
Bruno