Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

martes, 19 de diciembre de 2017

REMATANDO MAYO


Miércoles 24.- NUNCA TE ACOSTARÁS SIN CICLAR UN SENDERO MÁS

"Hoy, después de regañarme a mí mismo, y casi por vergüenza, me he subido a la bici dispuesto a pasar un buen rato.

La idea era hacer pista y asfalto. No me apetecía nada rozarme las piernas haciendo caminos más "asalvajados", que el otro día ya tuve bastante.

Pero ya nos conocemos, y una vez puestos en materia, pues ya sabemos lo que pasa... que pueden más las ganas de disfrutar de los senderos que las ganas de sólo rodar para recuperar las piernas de la anterior salida.

Me lo he pasado pipa. En los senderos, en las pistas, en el asfalto... subiendo, bajando, llaneando, metiéndome caña porque sí... Es increíble cómo parece que cuanto más tiempo pasa, más disfruto de la bici.

Me encanta."



Así describí en Instagram la salida que hice aquel día. Y así he querido hacer la crónica aquí en el blog, porque no se me ha ocurrido mejor manera de narrarlo. Porque han pasado 7 meses, y porque no tengo nada mejor que decir, ¡jajajaja!

Y ahora alguna foto para completar la crónica:

Pocas veces me lo he pasado tan bien en una ruta tan simple

Diferente camino, misma expresión de estar pasándomelo súper bien

Saliendo a esas horas hay que ir preparado por si se me hace tarde




Sábado 27.- ALTERNATIVAS AL MOLÍ VELL

"Hoy, después de haberme levantado todo lo tarde que he creído conveniente, he salido dispuesto a investigar esos caminos que el otro día se me quedaron en el tintero.

Cinco horas "danzando" por ahí, añadiendo caminos nuevos entre viñas a otros ya conocidos, para completar una ruta de 50km a pesar de no tener las piernas lo bien que me esperaba.

Muy satisfecho con la salida. Por los nuevos descubrimientos, y por haber tenido las ganas suficientes para continuar haciendo kilómetros aún no teniendo las piernas en sus mejores momentos.

Aunque para hacer un corto sprint que me ha permitido escapar de unos perros sí me han respondido bien."



(Tirando de "instagramteca" otra vez, para hacer la segunda de las dos crónicas más rápidas que he hecho nunca...)

La alternativa para no cruzar el río Foix (riachuelo, más bien) acabó siendo más de lo mismo.
Por suerte, este paso sí era ciclable.

Los viñedos empezaban a estar espectaculares

Por el camino que bordea esa masía tuve que hacer un corto pero explosivo sprint para escaparme de unos perros.
No pienso volver a pasar por allí nunca más...

Después del susto de los perros, un poco de calma en...

... la ermita de Sant Esteve de Castellet

Aunque seguramente tampoco vuelva a pasar por allí

De vuelta hacia Castellet después de descubrir unos buenos caminos para rodar

Ya metido otra vez en la montaña, descubriendo rincones nuevos...

Y después de una largo tramo por pista...

... contento de llegar a la Fita dels Tres Termes 

Una mala foto como colofón de una buena ruta

Pese a no tener las piernas muy bien, me hice 50km con 800m de ascenso



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Bueno, un par de crónicas rápidas para ver si recupero un poco de tiempo y poco a poco voy poniendo el archivo al día.

Aunque está claro que va a acabar el año y no voy a tener hechas ni la mitad de las crónicas...


domingo, 10 de diciembre de 2017

Domingo 21 de mayo.- UN JABALÍ EN LA MUSSARA


Seis meses después de mi última publicación retomo las crónicas de mis aventurillas ciclistas. No sé si tendré continuidad, pero de momento con ésta a lo mejor consigo animarme a escribir más.

Ese domingo se disputaba la marcha cicloturista Gran Fondo La Mussara, prueba de bici de carretera famosa en el mundillo ciclista, y de gran dureza para el aficionado medio, y en la que por supuesto yo no iba a participar. Pero sí mi amigo Carlos.

Sabedor de lo importante que era para él esa carrera, pensé que le podría dar una bonita sorpresa apareciendo en algún punto de la misma para animarle. Hay una subida en el recorrido, el alto de Coll roig, de la que Carlos llevaba muchos días hablándome, y que según lo que cuenta la gente que ya ha participado debía ser un momento muy duro de la prueba.

Así que después de muchos días dándole vueltas a cómo ir, por dónde ir, si llevar la bici o no, y en definitiva, buscando la mejor manera de presentarme allí, al final me hice unos tracks en el ordenador para poder hacer yo una ruta con la bici de montaña y aparecer en ese punto preciso del recorrido.

Salí temprano de casa, para así evitar los puntos de corte de las carreteras, y también evitar que de casualidad me cruzara con Carlos en algún punto del recorrido.

Aún yendo con tiempo, llegué a mi destino, el pequeño pueblecito de Albarca, justo cuando pasaban por allí los primeros corredores. Estaba tranquilo, porque tenía controlados los horarios de paso por todas las poblaciones y puntos estratégicos, y además iba siguiendo a Carlos en directo con la aplicación del gps.

Tranquilamente entré en el pueblecito, aparqué el coche, y me dispuse a realizar la ruta que llevaba preparada. Tenía casi más ilusión yo que la que Carlos llevaba demostrando hacía tiempo.

Primeras fotos para enviar a la familia y que supieran de mis andanzas.

Aún no había empezado y ya estaba haciendo fotos...

A punto de iniciar mi ruta desde Albarca, con unas vistas así ya empiezas con muchas ganas





La zona, que realmente vale la pena visitar, tiene unos paisajes espectaculares y muy bonitos. Pensé que más adelante tendríamos que hacer una salida en btt con los compañeros del trabajo.

El recorrido que me había preparado (juntando tramos de varios tracks diferentes del wikiloc) estaba resultando totalmente recomendable desde los primeros momentos. Algo técnico al principio, transcurría por un camino de bajada muy pedregosa que exigía también de momentos puntuales de exigencia física.

Nada más salir del pueblo ya "me tengo que parar" a hacer un par de fotos...

La ermita de Sant Joan del Codolar, con los "Cingles del Montsant" en lo alto





Estaba haciendo bastantes fotos, pero me di cuenta que tenía que ir por faena porque se me podía echar el tiempo encima, y yo a lo que había ido allí era a darle la sorpresa a Carlos. Mi ruta era lo de menos. Aún así había momentos en los que era obligado parar a hacer unas fotos.

No quería parar mucho, pero me era imposible no hacerlo



En un punto del camino la parada fue obligatoria... Entrando en un pequeño puentecito, no sé cómo lo hice para desequilibrarme, y acabé medio colgando de los cables que hacían de barandilla. Gracias a ellos no me fui para abajo, que aunque sólo había un metro y pico de caída hasta la vegetación, mejor no saber qué habría pasado. Unas rascadas en las dos piernas, una herida en un dedo de una mano, y el pequeño sustillo, fue todo lo que ocurrió.

Así quedó la bici. Y yo, no sé cómo conseguí no caerme



Ya llegó un momento en el que la ruta que yo llevaba preparada se cortaba en algunos puntos debido a que pasaba por zonas de cultivo en las que el camino había desaparecido.

Intenté encontrar la manera de enlazar estas zonas y así continuar el camino por montaña, pero después de un par de intentos me pareció que el tiempo se me echaba encima y que no podía andar haciendo experimentos, así que decidí cortar por lo sano y meterme en la carretera por la que ya estaban pasando algunos corredores.

Pensé que si me metía bien arrimado a la derecha e iba con cuidado no habría problema. Total, iba a ser un tramo corto. Me crucé con algunos participantes, incluso con algún motorista de la organización, que no me dijo nada, así que yo seguí adelante con cuidado.

Una vez llegué a La Morera de Montsant, pueblo en el que habían instalado un punto de avituallamiento justo después de acabar la dura subida en la que le quería dar la sorpresa a mi amigo, pude continuar por montaña por el camino que llevaba preparado.

Hacía rato que el gps de Carlos no enviaba la señal, así que no sabía exactamente en qué punto del recorrido debía estar. Me imaginaba que tenía tiempo para llegar a donde tenía previsto darle la sorpresa, pero no las tenía todas conmigo.

Así que el tramo entre el pueblo y ese punto lo hice a todo lo que pude. Con cuidado, pero a saco.

El último trozo era un sendero de bajada muy fuerte, que poco a poco se fue cerrando cada vez más, haciendo que me rascara con todos los arbustos y demás vegetación que me iba encontrando, hasta que me encontré con que casi no podía pasar incluso sin la bici.

¡Mierda! Y si volvía para atrás iba a ser peor, pues todo lo que había bajado a toda ostia me tocaría ahora subirlo, y no tenía ni fuerzas ni tiempo para eso. Era un tramo largo y de gran pendiente.

Viendo claro en el mapa del gps que el punto al que quería llegar para animar a Carlos estaba muy cerca de dónde me hallaba en ese momento, decidí coger la bici y abrirme paso en plan jabalí entre las zarzas y los matorrales que cerraban el camino. ¡Iba a llegar a tiempo sí o sí!

Arrasando con todo lo que me encontraba por delante, hice unos últimos metros de subida con la bici a cuestas y ¡por fin llegué a la carretera! Unos que había allí animando a los corredores se quedaron alucinados viéndome aparecer de la nada entre la vegetación.

Bueeeenooo, lo había conseguido. Ahora sólo faltaba esperar a que Carlos apareciera.

Mientras, me dediqué a animar a ratos a los muchos ciclistas que pasaban por allí, unos sufriendo más que otros. Y es que ese tramo de subida era realmente duro.

Al final fue Carlos el que me dio la sorpresa a mi, porque me vio unos cuantos metros antes de llegar a mi altura, y empezó a gritar mi nombre, y yo aún no le veía. ¡Jajaja, qué bueno fue. Vaya subidón!

Iba con su primo Javi, con el que hizo toda la carrera, y según pasaban les animé corriendo unos metros a su lado. Enseguida me subí a mi bici, y pegado al arcén para no molestar a nadie intenté seguirles. Hice unos cuantos metros a toda castaña, pero me fue imposible. Tuve que poner el molinillo y subir "a mi ritmo", que la cuesta se las traía, y no estaba yo como para seguir a esos máquinas.

Al cabo de un rato acabé llegando al pueblo, La Morera de Montsant, donde habían instalado un avituallamiento, y allí pude por fin saludarles como es debido y charlar un rato con ellos, y también con la mujer de Javi, que estaba allí porque le acompaña a todas las marchas en las que participa.

Después de unos minutos ya "dejamos" que se marcharan, que se estaban enfriando y aún les quedaban muchos kilómetros por delante, y al poco yo también seguí mi camino, que tenía que volver a Albarca, el pueblo donde había dejado el coche.

La ruta que tenía prevista se había trastocado totalmente, ya que la vuelta a Albarca la tenía que haber hecho desde la subida de Coll Roig, por montaña, y en dirección contraria a como iba ahora. Además, no me veía yo con ganas de seguirla, pues aún faltaba bastante por hacer.

La ruta que tenía prevista

La que acabé haciendo



Así que decidí volver por carretera, siguiendo con cuidado el sentido de la marcha ciclista, hasta llegar a Cornudella de Montsant, donde ya me desvié de la carrera para ir hasta Albarca.

Desde la caída en el puentecillo no había vuelto a hacer ninguna foto ¡!

La carretera entre Cornudella de Montsant y Albarca

Bonitas vistas allá donde mires

Después de tres horas y media sin hacer ninguna, ahora no paraba de hacer fotos



Aún yendo por carretera tenía todavía unos cuantos kilómetros por recorrer, pero el subidón y la alegría que llevaba encima hizo que los recorriera disfrutando muchísimo de haber ido hasta allí y haberle dado la sorpresa a Carlos.

La carretera tiene una pendiente llevadera

A punto de llegar...

... y muy contento.

Un último esfuerzo y habré llegado

¡Ahora sí. Contentísimo!

Espectaculares vistas

Allí sólo se respiraba tranquilidad


1000m de ascensión en 35km. Pues no estuvo mal



De vuelta a casa, satisfecho y muy, muy contento con el día que había tenido. Levantarme temprano para hacer 200km en coche y 35 en bici por ir animar a Carlos, me hizo sentirme realmente bien conmigo mismo. Además descubrí aquella zona, que es muy bonita y valdrá la pena volver por allí.

De vuelta aún tuve ganas de parar un momento en el Pantà de Siurana



¿Quizás algún día a participar yo en esa marcha? Jajajaja, quién sabe...



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Me ha quedado una crónica algo sosa, que la jornada dio para hacer una explicación mucho más curiosa, pero hace ya meses de aquel día, y además del tiempo que llevo sin escribir ninguna, he perdido "la magia".

Además, con la cantidad de fotos que hago siempre, ese día no hice ninguna foto de Carlos. Y es que de lo que me preocupé fue de animarles cuando aparecieron, y luego con el subidón tampoco nos hicimos ninguna juntos. Ya me vale...

Bueno, ésta era una crónica que tenía pendiente, y tenía que escribirla como fuera. Ahora a ver si me pongo y escribo todas las salidas que he hecho desde entonces. Y luego ya veremos...