Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

domingo, 12 de febrero de 2012

DESATADO


Lo que tenía que haber sido una simple salida para “cardiovasculear” un poco, y de paso alejar los fantasmas del frío, acabó siendo una ruta no apta para cardiacos, haciendo todos los senderos y trialeras que me fue posible.

Senderos de subida, de subida de pulsaciones. De esos en los que en cuestión de segundos pasas de estar tan fresco a estar intentando que el corazón no se te salga por la boca. Claro está, que donde ni la forma física ni la técnica llega, siempre queda la posibilidad de echar pie a tierra y dar un par de pasos que te solucionen la papeleta.

Recuperando las pulsaciones después de hacer un tramo de dura subida por un sendero


Eso sí, por un par de veces el amor propio pudo más y tuve que dar la vuelta para intentar superar esos pequeños obstáculos en forma de piedras mal puestas justo antes de un pequeño desnivel de subida.

Ayer el día era fantástico. Soleado y con un ligero viento. Frío hacía, pero no demasiado. Bueno, ya me preocupo yo de salir a horas en las que ya no haga tanto, ¡jajajaja!
Pero frío está haciendo, porque aún se ven algunos charcos helados.


Atención al grosor del hielo


Disfrutando mucho de los cortos pero variados senderos que hay por la zona del Fondo del Cau de la Guineu, fui haciendo la ruta según se me iba ocurriendo. Ahora paso por aquí, ahora me meto por allá, no di tregua a las piernas ni a los brazos, ni a las suspensiones y frenos de la bici.

Después de la puesta a punto que le hicieron la semana pasada era el momento de constatar que el dinero había sido bien gastado. Y la verdad es que la bici cumplió con creces su cometido. Ninguna pega al respecto.

Los que han salido alguna vez conmigo en bici saben que llevo pedales semiautomáticos, de esos que por un lado son como unos pedales normales y corrientes, y te permiten ir "desenganchado" en el momento en que te apetezca. 

Gracias a eso me meto por sitios por donde no me metería si tuviera que ir obligatoriamente enganchado. Perro viejo no aprende trucos nuevos, y yo, de alguna manera tengo que demostrar mi globería.

Ya hace un par de salidas que voy "desencalado" casi todo el tiempo, más que nada porque tengo la sensación de que así el tendón maldito me molesta menos. (La conclusión es obvia). Sólo calo los pedales para hacer alguna subida por asfalto, sobretodo si la quiero hacer de pie. 

Ayer seguí con esa tónica, y desde el primer momento fui suelto. Tan suelto iba que al final lo que iba era “desatado”.

desatado, da.  (Del part. de desatar).
1. adj. Que procede sin freno y desordenadamente.

Bueno, tampoco tanto…

desatar.
7. prnl. Perder el encogimiento, temor o extrañeza.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Más bien un poco eso.

Entre que últimamente me noto más seguro gracias al 2.2 que llevo delante; que aunque poca, algo de técnica he cogido desde que me compre esta bici hace ya casi tres años; y que ayer me notaba con cierto atrevimiento, lo cierto es que hice tres o cuatro bajadas de esas en las que si te lo piensas mucho no te metes.

En alguna sí que me lo pensé lo suficiente como para llegar a la conclusión de que era mejor poner el pie en el suelo y bajar unos metros andando. En una de esas ocasiones me llegué a pegar una culada, pues era tan resbaladiza la cuesta debido a la pendiente y piedrecillas que tenía, que incluso andando me la pegué. Caída tonta sin consecuencias.

Visité algún paraje que hacía tiempo no atendía como es debido, y estuve verificando la posible “ciclalidad” de alguno de sus tramos. Que no salgo con esa intención, pero luego entrado en materia siempre voy pensando en posibles rutas por las que deleitar a algún compañero en el futuro.

Lástima que este camino acaba en una larga torrentera imposible de ciclar

La Font de l'Era

Este bonito lugar fue el punto de avituallamiento de la ruta


Tuve algunos encuentros por la montaña. El primero, muy agradable, fue con una pareja de amigos, familia al completo, que estaban inculcándoles buenos valores y hábitos a sus ya no tan pequeños hijos (cómo pasa el tiempo). ¿No podrían ser todos los perros como el que tienen ellos? Tranquilo y por nada del mundo agresivo. Pero claro, tampoco todos los dueños son así…

El segundo encuentro fue con un par de cazadores, arma enfundada en mano, a los que me sorprendió desagradablemente ver. Lo siento, pero no me gustan.

Al cabo de un rato, tremendo, enorme jabalí, corriendo unos cuantos metros por delante mío, seguramente escapando del asedio de los cazadores anteriores. Ojalá lo consiguiera. Es muy raro encontrarse con un jabalí por ese camino y a esas horas, pero claro, le habían obligado.

El último encuentro fue con los restos dejados por algún cerdo, que de eso también hay.

¿Realmente se quedan "tan panchos" después de hacer algo así?


Resumiendo la jornada, una salida muy guapa, casi toda por senderos y trialeras, ciclando zonas que antes sólo había recorrido a pie, haciendo otras en sentido inverso al que suelo hacer, y regresando a casa muy satisfecho con mi rendimiento, tanto físico como técnico. Eso sí, teniendo muy claro cuáles son mis límites.


Arriba de todo, "mis límites", el resto, ¡desatado!


De vuelta a casa el hambre apretaba ya. Y no es que hiciera muchas horas ni me hubiera alimentado mal, sino que como toda la ruta fue un compendio de pequeños grandes esfuerzos, las energías se agotan más rápidamente. En cualquier caso, la duración del recorrido fue la justa y necesaria para disfrutar y no cascarme demasiado.

19 kilómetros. 2 horas y cuarto de pedaleo. 700 metros de ascenso acumulado. Suficiente


Me llevé la cámara de vídeo, que hacía tiempo que no la usaba. Pero esto de tener que ponerme ahora a editar y publicar vídeos, como que me da mucho palo. Bastante tengo con estarme una hora y pico viendo cómo han quedado.


Bruno

domingo, 5 de febrero de 2012

A PIE


Esta semana no he cogido la bici. Entre que las rodillas me pedían otro tipo de movimiento, que llevé la de montaña a revisión, y que a mediados de semana llegó el frío que tanto me gusta, los únicos pedales que he dado han sido en la de espinin, para calentar o relajar piernas un par de veces que he hecho un poco de musculación en casa.

Aparte de eso, una semana en la que sólo he salido a la montaña dos veces, y para caminar.


MARTES 31 DE ENERO. RAMA EN MANO

Según llegué de trabajar, y para aprovechar bien la tarde, me cogí un par de plátanos, me puse las bambas, y me fui a caminar un rato con la idea de hacer una hora y media o dos a un buen ritmo.

Aparqué el coche en la confluencia de las rieras de Can Planes y Rafamans, cogí una rama a modo de bastón de apoyo y empecé a caminar.

La primera parte la hice “del tirón”, en un recorrido típico de los que hacía hace años con la Pinarello: Cau de la Guineu, Pou dels Crestats, y Camí de Can Dispanya de subida hasta el Pla de les Comes.

Una vez allí arriba saqué la cámara y empecé a hacer fotos, con lo que estuve bastante rato simplemente disfrutando de las vistas e intentando plasmarlas en la cámara. Total, tampoco se trataba de hacer ninguna carrera, sino de salir a disfrutar de la montaña.

Panorámica desde el Pla de les Comes


"Al borde del abismo"

Hasta a las piedras les hice fotos



La vuelta la hice pasando por la “explanada de la N340” y bajando desde allí hacia el Cau de la Guineu, intentando hacer un camino de menor pendiente y menos roto que el que había hecho hasta entonces. Que lo que quería era no forzar los tendones, pero es que por ahí no hay casi nada plano.

Ya llegando al coche, y sólo por redondear el kilometraje recorrí la primera mitad del camino de Can Casildo, aprovechando para relajar un poco las piernas.

Fácil: subir y bajar


Finalmente, 10 kilómetros en un par de horas, con 300 metros de ascensión, y casi media hora de paradas. Una tarde bien aprovechada.



DOMINGO 5 DE FEBRERO. CAMINEVANDO

Aunque tenía la bici arreglada desde el viernes, no he tenido las ganas suficientes como para salir con ella. Entre el frío que me sirve de excusa, y que esta semana me ha estado molestando bastante “el tendón”, no he encontrado las ganas para cogerla.

Hoy, porque realmente me apetecía hacer algo de ejercicio, y además al aire libre, he vuelto a salir a caminar por la montaña.

Aunque hacía más frío que el otro día, la vestimenta ha sido la misma. Un par de camisetas interiores, maillot ciclista de manga larga (qué bien van los bolsillos traseros para llevar cosas), impermeable-chaqueta decatloniana, guantes, braga de invierno, pantalones de trabajo de verano viejos, doble calcetín y bambas de correr. Ah, y gorro de lana, por si acaso. Aunque parece lo contrario, no iba tan abrigado, que caminando no se pasa tanto frío como con la bici.

He empezado con la intención de hacer más o menos lo mismo que el martes, pero con menos paradas. Pero nada más empezar ya me he metido por un senderito de esos que hay siguiendo las torres eléctricas, y de ahí me he metido por otro, y otro…

Avanzando por un bonito sendero

Esto me suena

Antigua zona de cultivo en terrazas cerca de la Font de Sant Ponç


Algunos ya los había recorrido en otra ocasión, otros los he descubierto. Lo mejor es que todos son caminos que discurren por una zona que conozco bastante bien de ir con la bici, así que también me ha servido para ver cómo unos senderillos conectan entre sí caminos que he recorrido con la bici.

Quieras que no, eso te da una pequeña satisfacción extra, además del hecho de ir descubriendo algún caminillo nuevo, y algún bonito paraje.

Bonitos lugares donde perder el tiempo

Tramos ciclables

Otros, un poco menos


Esta vez he castigado más de la cuenta a las rodillas, pues me he dedicado a subir y bajar zonas bastante empinadas, con la consecuente exigencia a los tendones rotulianos sobretodo. Pero es que una vez que te pones, te emocionas y venga a subir por aquí, y a ver a dónde va a parar esto, y ya que estoy aquí me asomo a ver…

Zona de enlace entre dos caminos conocidos

Lástima que la bajada anterior (aquí sólo la parte final) no sea apta para amateurs

Algo de frío sí hacía. Atención a la capa de hielo a cuatro dedos de la tierra

Ya de vuelta


La nota anecdótica de la mañana ha sido que se ha puesto a nevar.
Al principio eran unos copitos muy finos, luego ya ha nevado con más ímpetu. Sólo han sido unos veinte minutos, pero ha tenido su gracia ir por ahí, sendereando bajo la ligera nevada.
Y qué bien me ha ido el gorro.

Unos cuantos copos para hacer la caminata más espectacular


No han sido muchos kilómetros, pero sí bastante desnivel.
He castigado más de la cuenta a las articulaciones, pero bueno, no voy a ir siempre con tanto cuidado.

7 kilómetros
400 metros de ascenso
1 hora y tres cuartos caminando
Hora y pico parado


Una duchita calentita al llegar a casa, y satisfecho por una caminata que he disfrutado mucho.


Así pues, una semana suave, con un par de salidas a pie por la montaña que me han servido para airearme un poco y disfrutar de estos lugares que tengo tan cerca de casa. Que sin ser una maravilla, sí que te permiten sentir esa agradable sensación de “vivir la naturaleza”.


Bruno