Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

lunes, 29 de agosto de 2011

AGOSTO EN EL TURÓ DE L'HOME


Después de medio agosto "mentalizándome" para hacer algo diferente, y tras haber "entrenado" un poco para creerme suficientemente preparado como para hacer alguna ruta un poco más dura de lo habitual, ya tocaba alejarme un poco de mi pueblo y visitar esa zona que llevo tiempo queriendo recorrer con la bici: El Montseny.


MIÉRCOLES 17. EN EL TURÓ DE L'HOME

Bueno, había llegado el día. Después de visionar y comparar varias rutas en el “güiki”, acabé por seleccionar una que me pareció la más adecuada para mis posibilidades, y también la que me hizo más gracia por la zona en que discurría. Se trataba de ir desde Montseny (el pueblo) hasta el Turó de l’Home, y volver a Montseny por otro lado. No tenía muy claro lo que me iba a encontrar, pero siempre tendría la posibilidad de darme la vuelta cuando creyera conveniente.

Un poquito antes de llegar al pueblo vi un sitio donde dejar el coche, y allí mismo me paré. Luego vería que en el pueblo había un aparcamiento perfecto para ser punto de partida de la ruta. Para la próxima vez. Unos minutos antes de las once de la mañana (¿prisa?) empezaba con muchísimas ganas a dar pedales. Ya según llegaba allí con el coche me había estado dando cuenta de lo guapa que podría llegar a ser la ruta, pues las vistas que de momento había tenido de todo aquello prometían, y mucho.

Un croissant de chocolate antes de empezar, en una “fleca” que hay allí y en la que tenían menos prisa que yo, y empiezo a dar pedales por unas calles realmente empinadas. Al cabo de unos minutos ya voy por pista forestal. Incluso llevando el gps, en dos o tres ocasiones tuve que recular unos metros. Nada que no estuviera previsto. Una de las veces sí que me “sorprendió”, pues acabé intentando atravesar la vegetación de un camino que realmente desaparecía, y que me hizo dar un rodeo totalmente inexplicable.

Un sendero que no estaba en la ruta


Y es que al transcurrir la ruta en muchísimos momentos bastante “tapada” por los árboles y la misma montaña, entre el error en la precisión del gps de la ruta que estaba intentando seguir, y el error en la precisión del gps que llevaba yo, podía ocurrir que estuviera rodando 10 ó 15 metros alejado del camino correcto. Nunca me había ocurrido, pero ese día constaté que son cosas que pasan cuando sigues una ruta con el gps.

Casi siempre subiendo, con algún tramillo de descanso por bajadas puntuales, y siempre disfrutando de un entorno muy bonito, fui haciendo esos primeros kilómetros. Sin forzar la marcha, y guardando fuerzas para lo que pudiera llegar más adelante.
Algún que otro despiste más con el gps, y aprovechando para hacer un poco de turismo, que tampoco me había marcado ningún horario de llegada.

Iglesia de Sant Esteve, en La Costa del Montseny

Vistas desde allí


Llegó un momento en que me di cuenta que ya iba a ser todo subida sin parar. Estaba rodando por una pista forestal ancha que tenía pinta de ser ya lo que me iba a tocar hasta el final. Rampas rondando siempre entre el 8 y el 12%, y un terreno de fácil pedaleo.

Aunque había momentos en que me daba la sensación de que mi objetivo estaba cada vez más lejos, pues lo que ya tenía bastante claro que debía ser la cima del Turó de l’Home me aparecía unas veces más cercana, y en cambio, minutos y algún kilómetros más tarde parecía estar más lejos. Parecía que en lugar de acercarme a ella me estaba alejando.

Suponngo que aquel es mi objetivo (aún no lo tenía claro)


Hacía rato ya que rodaba por pista suficientemente ancha como para que ya no hubiera sombra que me resguardara del sol que estaba haciendo. Calorcito bueno… que tenía yo ganas de sudar y sudar. Eso sí, siempre que podía metía la bici por las aisladas sombras que iba encontrando.

Aunque mi cara diga lo contrario, estaba disfrutando



El gps hacía rato que no me confundía, el camino era claro. Algún cruce de caminos, pero siempre sin dudas sobre cuál era el que había que seguir.

En el pequeño Pantano de Viana


Subir y subir, subir y subir. De vez en cuando apretando el casco contra mi cabeza para conseguir escurrir el sudor que me iba goteando sobre la cara, y siempre hidratándome con mucha asiduidad. Oigo unos cencerros a lo lejos. Al poco, llego a una carretera en la que las vacas campan a sus anchas. Foto al canto.

Pues no estaban a gusto allí


Unos pocos metros y paro en el Mirador de les Guaitadores a hacer unas fotos y comer algo.

Desde el mirador

¿Seguro que no me estoy alejando?



Sigo adelante y enseguida llego a un cruce para subir hacia el Turó. Ya queda menos. Antes de subir continúo en busca de una fuente que me había indicado minutos antes un forestal que me encontré a media subida. Es la Font del Profit, un paraje digno de visita.

Qué fresca salía el agua

Lástima de no llevar un buen bocata


Vuelvo hacia atrás, y me dirijo hacia la carretera que me llevará de subida al punto de unión de todas estas rutas, el Turó de l’Home. Muy guapa esta subida, como toda la ruta. Totalmente por asfalto, son 6 kilómetros de rampas que rondan siempre (y sobrepasan muchas veces) el 10%.

Venga, que ya queda menos


Jugando con los desarrollos voy buscando un ritmo cómodo, que la subida se las trae, ya llevo unos cuantos kilómetros de subida detrás, y aún me queda un rato.

Parece que hay un refugio allí arriba



Según avanzo voy haciendo fotos, que las vistas eran merecedoras de ese honor. Mucho calor, que intento rebajar acercándome al lado izquierdo de la carretera, que es por donde corre un poquito más de aire.

Casi siempre las mismas vistas, pero cada vez desde más arriba


Casi arriba la carretera gira y puedo ver el otro lado de la montaña, totalmente diferente al lado por el que venía.

A la izquierda, Les Agudes



Acabo llegando al final de la carretera y me meto por una rampa pedregosa que me llevará a la cima, donde hay un refugio. Valía la pena estarse allí un rato. Fotos, avituallamiento, y contento por la ruta guapísima que estaba haciendo.

El Puig Sesolles (la antena) visto desde el refugio

En el punto geodésico


Un rato después encaro ya la bajada, y decido volver por donde he venido, que aunque realmente no estaba hecho polvo ni mucho menos, tampoco me apetecía hacer la segunda parte del track que me había bajado de internet. Imagínate que me empiece a liar otra vez con el gps, y no llego al pueblo ni a las 8 de la tarde. Ya lo haré otro día, que volver voy a volver, seguro.

Con todo lo que había tardado en subir, y en un momento llegué de vuelta a Montseny. Claro, a la ida todo subida, a la vuelta todo bajada. Así sí que mola hacer un camino de vuelta.


Muy contento con la ruta, y satisfecho con mi rendimiento físico. 50 kilómetros en 4 horas y media de pedaleo. 6 horas de ruta. Otro día, un poco más.


Al irme del pueblo aproveché para darme una vuelta por aquellas carreteras y ver qué tal eran para recorrerlas en bici, que ya me estaban entrando ganas de hacer más asfalto. Y la verdad es que me dieron una muy buena impresión...

Al llegar a casa y descargar los datos del gps me llevé la desagradable sorpresa de que el archivo estaba “corrupto”, y ni el “güiquiloc” ni el “garmintrainingcenter-ese” podían leerlo. Después de unas tres horas de búsqueda por internet sobre cómo solucionar el problema, y posterior intento de arreglo de éste, conseguí descargar el track, pero con el fallo de que sólo había datos completos de los primeros 13 kilómetros. Del resto no hay datos de altimetría, con lo que sólo tengo la distancia y el tiempo total, y un trocito del track.


Ahora sí que está claro que tengo que volver otro día a hacer esa ruta. Vaya fastidio (no volver, sino que el gps se colgara). Bueno, así la podré hacer sin “rodeos”…




SÁBADO 20. DE VUELTA AL TURÓ

Aunque la idea inicial era repetir la ruta del miércoles para así tener el track del recorrido entero, al final acabé por prepararme una ruta "parecida" a la que me había bajado de internet y no había llegado a hacer, pero con la diferencia de que la haría casi totalmente por carretera. Como me gusta la carretera... Sobre todo si son carreterillas de montaña, rodeadas de bonitos paisajes, y con poquito tráfico.


Además, la idea de subir al Turó de l'Home totalmente por carretera, en subida continua de casi 20km, era algo que no podía dejar para otro día. Así que me preparé la ruta en el ordenador y me la pasé al gps: de Montseny al Turó de l'Home, pasando por La Costa del Montseny. Bajar el Turó y continuar hasta Santa fe del Montseny, donde haría un poco de tierra para visitar el pantano. De allí iría hasta el Coll de Sant Marçal, bajaría por pista hasta el camping Les Illes, y volvería a coger carretera hasta llegar otra vez a Montseny. Unos 50km, que seguro me bastarían para volver satisfecho a casa.

El día, de los dos o tres más calurosos del año, pero las carreteras por las que he pasado me han permitido disfrutar de innumerables zonas de sombra, tramos muy bonitos tapados completamente por árboles, y que en más de una ocasión no he podido reprimirme y he tenido que fotografiar. Algún vídeo he hecho y todo.

Un tramo guapísimo

Una carretera para recorrer


La subida inicial, de Montseny al Turó de l'Home, tremenda. Si ya me gustó el otro día, cuando hice más de la mitad por pista forestal, esta vez, totalmente por carretera, ha sido una gozada. Empezando con tranquilidad, y acabando dándole fuerte a los pedales. Qué bien me lo he pasado subiendo y subiendo sin parar.

Unas vacas que no nos querían dejar pasar


Las vistas, preciosas, desde el principio. A 500 metros de altura tienen su encanto. A 1000, también. Y a 1500, por supuesto. Cada tramo tiene su gracia. Cuando hay más vegetación, porque vas rodeado de árboles, empiezas a tener bonitas vistas del valle, y de vez en cuando vas viendo la gran montaña que te queda por delante. Según vas ganando altura puedes apreciar mejor toda la magnitud de lo que te rodea. Y cuando ya estás llegando arriba ya no hay nada que te tape la visión, y puedes ver casi todo lo que te permite tu vista.

Esta vez no subí hasta el refugio

El Turó de l'Home visto desde el Puig Sesolles. Y a su derecha, Les Agudes



A diferencia del miércoles, cuando no me crucé más que con un par de ciclistas (creo), hoy me he encontrado con multitud de ellos. Sólos, en pareja, en grupitos, en grupazos... Y casi todos "carreteros". No sé qué les pasa a muchísimos de ellos, que parece que cuando ven a un "montañero" les da cosa saludarlo. Tengo que decir que muchos otros sí saludan (y que también los hay de montaña que no saludan).

Bajando del Turó iban paradísimos, que la carretera está muy hecha polvo, y es fácil cargarse un neumático o una llanta. Esas ruedecillas no permiten bajar con la tranquilidad con la que lo he hecho yo con mis ruedacas de tacos.

Bajar del Turó y continuar hasta Santa Fe, más regocijo visual. He ido a visitar el pantano, que me ha costado mucho encontrarlo, todo hay que decirlo. A veces en los mapas salen caminos que ya han desaparecido, qué le vamos a hacer. Finalmente, y previo descubrimiento de un paraje muy bonito, la Font del Frare (uno de tantos que he descubierto en esta ruta), y gracias a las indicaciones de un matrimonio muy amable y simpático, he conseguido llegar al pantano. Me habría quedado allí...

Llegando a Santa Fe


¿Y con los ciclistas no hay que tener cuidado?



Santa Fe del Montseny

En la Font del Frare

El Pantano de Santa Fe


Después del pantano he seguido haciendo carretera, disfrutando de tramos muy guapos, como durante toda la ruta. Casi todos los kilómetros de carretera que llevaba habían sido de subida. Salvo la bajada del Turó, y algún que otro tramo suelto, no dejaba de subir y subir. ¡Cómo mola! Las piernas haciendo bien su trabajo, dentro de sus posibilidades, claro. Pulsaciones en zona "tranquila", y el culo soportando la dureza del sillín gracias a que me ponía de pie a menudo.

Siguiendo hacia el Coll de Sant Marçal, vistas guapas y espectaculares en algún momento, pero ya de otro tipo. Ese otro lado de las montañas tiene un encanto diferente. Al llegar allí he visto que es frontera entre la provincia de Barcelona (Vallés Oriental) y la de Girona (La Selva). Como no, he aprovechado para hacer unas fotos del lugar.

En la Taula dels Tres Bisbes

En la cruz del puerto


Un rato después ya me he dispuesto a hacer la última parte de la ruta, en la que iba a haber un buen tramo de tierra. Bajada por un camino guapísimo, remarco, guapísimo (no el camino en sí, claro, si no el entorno), en dirección al camping Les Illes, pasado el cual he vuelto a rodar por asfalto. Ha sido una bajada ni corta ni larga, pero muy guapa, que había que meter en la ruta, ya que la opción de hacer todo carretera implicaba irse hasta Viladrau y volver por Seva. Buf, no sé, por lo menos 30 ó 40 kilómetros más (lo digo a ojo). Para otro día que esté más fuerte y tenga el culo más endurecido.

El camino de bajada desde Sant Marçal

Un bonito rincón del mismo


Pasado el camping, un tramillo de subida por una carreterilla muy guapa (hoy, todo muy guapo), con bonitas vistas de la montaña, y otro descubrimiento que no he podido dejar de visitar: la Formatgeria Artesanal Can Gorgs. Allí, en medio de la montaña. Pues no se estaba bien allí arriba, fresquito, y con la posibilidad de hacer una cata de quesos de cabra artesanales. Mmmmm, lástima que sólo llevaba dinero para comprar uno. Otro día vuelvo. Y resulta que el cabrero es de una familia del pueblo de al lado del mío. Mira, que casualidad. Y los quesos, tremendos. Recomendable pasarse por allí.

Ya lo que quedaba ahora era casi todo bajada, por carretera, soltando piernas hasta llegar de vuelta a Montseny.

Perfil simple pero con gracia


55 kilómetros. 1700 metros de ascensión. 4 horas y media de pedaleo. 1 hora y media de paradas. 200 fotos. Parajes muy bonitos. Vistas espectaculares. Quesos muy buenos. Una crónica muy rara para una ruta muy, muy guapa. Qué bien me lo he pasado.


Enlace para visualizar el recorrido:  http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1960554




MARTES 23. EL TURÓ DE L'HOME. ¿A LA TERCERA VA LA VENCIDA?


Como el segundo día de ir al Montseny hice una ruta por carretera, aún tenía que quitarme la espina clavada de no tener el track completo de la ruta por montaña. Tocaba repetirla. Pero había una cosa de aquella ruta que no me convencía: era que la bajada del Turó de l’Home se hacía por la carretera, y yo había visto, tanto con mis propios ojos, como en los mapas del “Güikigüiki”, que había caminos de tierra para bajar. Así que me busqué un par de rutas más, y entre las tres me hice una “a mi medida”.


Como anécdota tonta que comentar, decir que empecé a dar pedales justo cuando el campanario de la iglesia de Montseny tocaba las diez de la mañana. La primera parte de la ruta, nada que ver con la vez anterior: ningún despiste con el gps. De montseny al Turó de l’Home, del tirón. En dos horas y media había llegado arriba. La primera vez tardé una hora más. Calor, algo menos que el miércoles anterior. Un día perfecto.

El Turó y el Home (sin comentarios)


Después de un ligero descanso empezaba la parte nueva de la ruta. La cosa prometía. Bajada hasta Santa Fe totalmente por montaña. Salvo algunos metros que tuve que hacer andando por exceso de vegetación, y algún pequeño despiste “gepeesiano”, llegué al destino sin problemas. Un recorrido muy, muy guapo. Totalmente aconsejable esa variante de la bajada del Turó. Me habría quedado allí todo el día haciendo fotos.

Bajando del Turó



Al llegar a Santa Fe me pasé por la Font del Frare y luego me dirigí al pantano, más que nada para que me quedara grabado el camino en el gps, y así tuviera una ruta buena para hacer otro día con algún “cumpany”. Si estás por allí es obligado acercarse al pantano (y a esa fuente).

Continué adelante, ahora metiéndome por un camino que salía de las inmediaciones de la fuente, y que me tenía que llevar hasta el Coll de Sant Marçal, pero sin tocar el asfalto más que en los últimos metros antes de llegar. Nada más empezar, despiste con el gps. No son despistes, son errores de precisión del aparato, que hacen que en lugar de coger el camino bueno cojas el camino que no es, o incluso, como en este caso, que cojas un camino inexistente.

De repente estaba rodando por encima de un manto de hojas secas y ramas caídas, en una zona guapísima eso sí, y con miedo de acabar provocando un pinchazo o de que se me metiera una rama entre los radios o algo parecido. Ya tuve que bajarme de la bici y seguir andando hasta que conseguí encontrar el camino. Bueno, más tiempo perdido, qué se le va a hacer.

El resto del camino hasta el Coll de Sant Marçal, por zonas muy guapas. Pistas forestales de subida, de bajada, caminos de tierra tipo arena de playa de esta más “basta”, parajes realmente bonitos, zonas húmedas y umbrías, casi seguidas de otras soleadas y muy secas… Un recorrido que hay que hacer para apreciar completamente.

Parece el mismo, pero es otro camino

Otro punto de vista de Les Agudes

No hace falta decir nada

En el mismo sitio


Una vez llegué a Coll, una breve parada para comer y beber, y “desbeber”, y a continuar ya con la última parte de la ruta, que iba a ser también totalmente por caminos de tierra. Un poco de subida al principio, y a bajar. Más de lo mismo: muy guapo todo. Si es que esta ruta es tremenda.

Por allí no hay camino feo


Iba bajando, y bajando, cuando de repente ¡se acaba el camino! Bueno, a continuación había una especie de senderillo de bajada en picado, que me pareció que no podía ser el que tuviera que seguir yo. Además, el gps “me decía” claramente que no era por allí. Pues me estuve un buen rato volviendo para atrás, otra vez adelante, ahora me meto entre los árboles a ver si encuentro algún camino… Al final dejo la bici allí, cojo el gps, y me dispongo a bajar por el senderillo que quedaba como última opción. Pues va a ser por aquí. Vuelta para arriba, bici al hombro, y a intentar no caerme.

Bajar por ahí era la única posibilidad



Conseguí “retomar” el camino, que ya no tuvo más complicaciones hasta llegar al pueblo. Todo bajada. Así da gusto.

Una última parada


Pues nada, que llegué a mi destino tras 7 horas y media de ruta, con 57 kilómetros recorridos en 5 horas y media de pedaleo (2 horas de paradas. Entre fotos y “momentos gps”...), y un desnivel acumulado de 2000 metros.

Parecido al otro


Una ruta tremenda que tengo que repetir en breve, pues en cuanto llueva un par de días, o haga un poco de frío, la cosa va a estar realmente jodida. Hay muchas zonas que seguro que en invierno estarán cerradas de vegetación, y otras que son bajadas de agua que en invierno serán incluso peligrosas, pues hay muchos rocones sueltos por allí. Es una ruta de verano. Para mí, claro.




JUEVES 25. CASI SIN PENSÁRMELO


Para “descansar” un poco de bici, se me ocurrió salir a corretear un poquito más, que una vez cada medio año tampoco es una buena frecuencia. A diferencia de cuando pretendes salir en bici, para ir a correr sólo hay que planteárselo. Casi sin pensármelo, me he puesto las bambas, he cogido un poco  de agua, y estaba listo para salir.

Esta vez he ido alternando ratos de carrera con ratos de caminata, para no sobrecargar demasiado las articulaciones. Aun así he hecho más o menos lo mismo que las otras veces. Caminos de Can Casildo, Cau de la Guineu, Pou dels Crestats, y Can Dispanya. Una hora y cuarto entre correr y caminar, que ya está bien. De fondo me noto bastante bien. Las piernas, en cambio, acusan más el cambio de disciplina. Pero no me puedo quejar.


A ver si cojo la rutina de salir a correr por lo menos una vez por semana. Siempre y cuando el cuerpo me lo permita, claro.





SÁBADO 27. EL TURÓ DE L'HOME, EL COLOFÓN

Hoy era el día de acabar las vacaciones con el colofón de un rutón de aquellos guapos de verdad. ¿Tierra o asfalto? Me encantan las dos cosas. Me apetecía mucho asfalto, hacer el tramo de carretera que no hice el segundo día que fui al Montseny: del Coll de Sant Marçal a Montseny, pasando por Viladrau y Seva. Ya había calculado la ruta en el wiki: 44 km. con 1400 m. de ascensión.

Pero es que, además, no quería marcharme de allí (a lo mejor la semana que viene vuelvo con alguno, y a lo mejor no vuelvo hasta el año que viene, que a Sant Llorenç de Morunys aún no he vuelto) sin hacer la subida al Turó de l’Home desde Sant Celoni o parecido. Como quería salir desde Montseny sí o sí, lo mejor me pareció bajar hasta Campins y enlazar desde allí.

Total, que calculando la ruta me salían unos 100 kilómetros con unos 4000 metros de ascensión. Eso según el wikiloc, que luego acaban saliendo muchos menos metros de ascensión. Pero bueno, las cifras estaban ahí.

A última hora de la noche, antes de acostarme, desistí en mi idea de hacer esa ruta. Haría “media”: Montseny-Campins-Santa Fe-Turó de l’Home. Cuando llegara arriba, según las ganas y las fuerzas, volvería a Santa Fe para ir hacia Sant Marçal, o tiraría de vuelta a Montseny. Caso de ir hasta Sant Marçal, según viera (sabía que no, pero por pensarlo…) me lanzaría hacia Viladrau y que pasara lo que tuviera que pasar.

Jajajajajá, al final he ido hasta el Turó y me he vuelto a Montseny por el recorrido más fácil. Es que el día se ha puesto muy feo y se me han quitado las ganas de hacer nada espectacular. Unos nubarrones… Un viento frío… ¡Que yo quería calor!

Están de Fiesta Mayor en Montseny, así que cuando he llegado no he podido aparcar donde siempre y he tenido que dejarlo en un sitio menos apropiado. Pero bueno, nada que pudiera romperme los planes.

Nada más empezar, bajando hacia el cruce con la carretera que lleva hacia La Costa del Montseny, un fríoooo… Bueeeno, será solo al principio, en cuanto empiece a subir se me quita. Mmmmmm, casi no. Los primeros kilómetros aún son bajo sombra, y me cuesta entrar en calor.

Menos de tres kilómetros de subida, llego al desvío hacia Mosqueroles y me lanzo entusiasmado hacia abajo. Buena carretera, ningún coche. Qué guapo. Me planteo subirlo de vuelta. Ya veremos. Casi 7 kilómetros de bajada después (ya no tenía frío), y tras haber pasado Mosqueroles, llego a la rotonda que me llevará hacia Campins. Empieza la subida. Tengo muchas ganas de hacerla.

De aquí a Santa Fe, subida continua por una carretera muy guapa, con vistas espectaculares y bonitas, y algunos kilómetros de un tramo tan cerrado por los árboles que llego a pasar frío de verdad por culpa del sudor que empapa el maillot. Suerte que en el último momento me puse el de manga corta.

De momento las nubes están lejos

En los tramos de sombra pasé un poco de frío

Por esta carretera también hay buenas vistas


Me paro varias veces a hacer fotos y poco a poco voy subiendo. Las rampas rondan siempre el 6-7 %, aunque en algunos momentos aumentan o disminuyen. Se sube bien. Es como subir a La Creu Aregall desde Corbera, pero 5 veces más largo.

Hacer esta subida en bici es casi obligatorio

A eso se le llama cortar la montaña

Espectacular es


Después de 16 kilómetros y hora y media de pedaleo llego al cruce que hay justo antes de llegar a Santa Fe, y que lleva en dirección hacia el Turó de l’Home. Es este último tramo de la subida, y el primer kilómetro en dirección al Turó cuando más se me enfría el sudor y menos cómodo voy. 

El aire frío se notaba en esta zona


Bueno, ya se abre la vegetación y me da el sol. Llego al cruce con la carretera que sube al Turó, y tengo claro que “el rutón” lo dejaremos para otra ocasión. Haber salido a correr el jueves no es lo mejor que podía haber hecho para llegar aquí en condiciones óptimas.

Empiezo a subir el Turó. Estas rampas ya son más importantes. Unos 6 kilómetros siempre entre el 8 y el 12%. Más tirando al 12 que al 8. Pero mola. 

Al cabo de un rato empieza a haber menos luminosidad. Me doy la vuelta y veo unos nubarrones que se acercan. Vaya, al menos hasta arriba tengo que llegar, luego ya veremos.

Lo que venía por detrás era peor


Lástima de que la cámara de fotos se estaba quedando sin batería y quería aguantarla hasta poder hacer un par de fotos en la cima, porque el espectáculo de las nubes subiendo por la ladera de la montaña, amenazantes y nerviosas, era para verlo.

Cada vez más viento, cada vez más frío, cada vez más cerca de mí.
Al final me atrapan y ya no veo el valle ni la cima, sólo unos cientos de metros de asfalto delante mío.
Convencido de que no llovería sigo subiendo. Ahora ya lo tengo claro, cuando llegue a la cima, me doy la vuelta y regreso a Montseny por el camino más rápido. No me apetece nada pedalear en esas circunstancias.

Cuando llego al final de la carretera decido subir andando hasta el punto geodésico, que ya que iba a "abortar" la ruta quería subir a lo más alto. En la cima, frío y viento (sobre todo si llegas sudado). Algunos excursionistas había por allí en pantalón corto, y calor no tenían, seguro. Casi no se veía el paisaje. Suerte de algunos claros que aún quedaban.


Vaya careto, como el día

Las nubes se iban hacia el otro lado de la montaña



Avituallamiento, fotos, cortavientos, braga en el cuello, y “pabajo”. Pues no me habrían ido nada mal los manguitos y los guantes largos. Pero bueno, tampoco era aquello un día de invierno, que contado así… En cualquier caso, lo suficiente para querer volverme ya para casa.


3 horas y media en llegar hasta allí, y luego en 40 minutos ya estaba en el coche. Bajé directo por Fontmartina (la carretera de La Costa). Ni ganas de seguir pedaleando. Y el culo tampoco lo tenía muy católico. Este sillín va a haber que retirarlo. Muy duro para mi gusto, y para mis posaderas.

Ya en el pueblo el día no estaba tan feo, e incluso hacía un poco de bochorno


Total, 55 kilómetros, 3 horas 50 minutos de pedaleo, 1850 metros de ascenso acumulado, 4 horas y cuarto de ruta.

Parece hecho con Tiralíneas


No ha estado nada mal. Contento me he vuelto a casa. Me gusta mucho esa zona, y tengo en mente más recorridos para hacer por allí. Ya veremos cuándo…


La ruta en:  http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1981314




Bruno