Salida regenerativa mentalmente hablando la de hoy, ya que llevo todo el mes intentando quitarme de encima un resfriado repetido que me mantiene en un estado de ligero malestar continuo que me quita las ganas de salir y pasar frío.
Así que, aprovechando que no trabajo hasta el lunes y que hacía un día buenísimo, me he decidido a salir a dar una vueltecita con la bici y quitarme así el mono de hacer ejercicio al aire libre, disfrutando del sol y del aire “puro”, que hacer spining en casa está bien, pero no es lo mismo.
Como hoy era fiesta he decidido aprovechar que habría menos coches por la carretera y he sacado a pasear a la “Spe”, repetiendo la salida que hiciera hace dos semanas, pasando por La Palma, Pallejà, Sant Andreu de la Barca, Martorell, y Gelida, para volver a Corbera subiendo por La Creu Aregall.
Después de cruzarme con menos coches que ciclistas (lo de siempre, alguno saluda, la mayoría no), y con las pulsaciones igual de altas que la última vez, he llegado a Gelida con la rara sensación de que me cuesta más mover los pedales en la bici de spinning que en la “de verdad”. Pero claro, no puede ser.
Nada más empezar a subir hacia La Creu veo a pocos metros de mí a un carretero que parece que no sube muy lanzado y que le podría coger y pasarlo. Casi prefiero ir yo sólo, así que intento ir a mi ritmo y no tratar de cogerle. El caso es la distancia ni crecía ni disminuía, con lo que al final he optado por apretar un poco durante unos segundos y darle alcance. Es que me sabía mal usarlo de referencia teniéndolo tan cerca.
Hemos ido ya juntos hasta Corbera, pues resulta que Jordi, que así se llamaba, era de Molins de Rei. Buena ruta se ha pegado él, ya que venía de Vilafranca habiendo pasado por Begues. Le salían unos 100km, me dijo.
Como anécdota comentar que la subida a La Creu la he hecho en el mismo tiempo que el otro día, segundo arriba, segundo abajo. Y yo que pensaba que habría tardado menos. Es lo que ocurre cuando vas acompañado, que parece que los kilómetros pasan más rápido.
Llegando a Corbera
En definitiva, una salida corta pero que me ha ido de maravilla, pues después de dos resfriados en tres semanas, y de salir solo una vez en todo el mes, se me estaba poniendo ya cara de enfermo.
Por supuesto los números son muy flojillos, 40 kilómetros en 1 hora 50 y poco de pedaleo, y 650 metros de ascenso, y aunque al llegar a casa he estado a punto de hacer un rato más, he pensado que ya estaba bien y que tampoco se trataba de “forzar la máquina”, no sea que recaiga del resfriado…
Idéntico al de la última salida
A ver si estos días puedo hacer dos o tres saliditas cortas más. La próxima, con la de montaña.
Bruno
Kumpañññ!!!!
ResponderEliminarYa era hora que salieras un poco de casa, que comprarte la bici de spinning parece que no ha sido buena idea, jejeje....
Lo importante es que te cures bien ese dichoso resfriado, que ya tendrás tiempo de rebajar tiempos.
Si el sábado vas a salir a la montaña, dame un toque, que mi intención es hacer poca cosa. Aunque tenga que ir yo allí.
Ya te contaré....
Y estuve a punto de no salir, que no me encontraba fino del todo, y la de spinning te permite no coger frío. Pero tenía que salir, que tantos días de ver el sol desde la ventana ya me estaban dejando tocado psicológicamente.
ResponderEliminarY aunque no hice mucho, sí que me dejó satisfecho. Se trataba de respirar aire fresco y disfrutar un poco.
Para el sábado ya hablaremos, pero no es mala idea que te vengas por aquí.
Que vaya bien, cumpany!