Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

lunes, 4 de julio de 2011

LA SEMANA DEL PUIG D'AGULLES


9 meses sin subir al Puig d’Agulles son muchos meses sin pasarme por el que antaño era mi punto de referencia y objetivo principal en lo que a salidas en bici por la montaña se refiere. Hubo una época en la que subir hasta “la bola del Puig d’Agulles” y volver a casa ya era para mí una gran salida con la bici. Qué tiempos aquellos.

Tenía que volver por allí ya. Que además, siempre me ha servido como indicador de mi estado de forma. No es que sea una ascensión como para hacer una película épica, pero para mí siempre será una cima mítica.

El año pasado, como preparación para Los 10000 del Soplao, llegué a hacer una salida en la que subí ¡4 veces! hasta la cima del Puig d’Agulles. Pero el año pasado era el año pasado, y este año...

En fin, que tenía que volver a subir a la bola.



MARTES 28 DE JUNIO. RETORNO AL PUIG D’AGULLES

El martes pasado ya estaba mentalizado: volvería al Puig d’Agulles. ¡Jajajajá, parece que sea algo terrorífico!

A las nueve de la mañana me pongo en marcha. ¡Qué ganas tenía ya de volver a hacer turno de tardes en el trabajo! Llevo encima (nunca mejor dicho) la cámara de vídeo que me regalaron, y me voy a dedicar a grabar todos los tramos de tierra.

Salgo en dirección a Corbera Baja para hacer un recorrido que me lleve al Puig d’Agulles sin tener que hacer la subida desde su falda (qué tramposo). Iré por el camino del Cau de la Guineu hasta la explanada de la N340, subiré un tramo de la carretera, me desviaré por el tramo antiguo que lleva hasta la Creu d’Ordal, y desde allí subiré por las canteras hasta llegar a la rampa cementada que sube hasta la bola (estación metereológica) que hay en la cima del Puig d’Agulles.

No es la ascensión más dura que se puede hacer al Puig, pero para ser la primera en 9 meses ya me estará bien. Además, desde Corbera Baja hasta allí se puede decir que es todo subida.

Después de haber calentado lo justo en la estática, me marco un ritmo suave-pero-no-tanto. Voy haciendo el camino del Cau de la Guineu disfrutando de los últimos momentos de frescor de la mañana. En esa zona todavía hay sombra, pero en cuanto llegue a la explanada de la N340 el sol no me dará tregua.

Llego en un buen tiempo a la nacional, y me lanzo a la carretera a un ritmo bastante bueno. Es un tramo de aproximadamente un kilómetro y medio que me gusta mucho, y que intento hacer apretando algo las piernas. Total, va a ser una salida de hora y media como mucho.

A la altura de la gasolinera de El Lledoner me desvío hacia el tramo antiguo de la nacional para subir hasta la Creu d’Ordal. Ahora es el sol el que aprieta bastante, y las gotas de sudor ya no me caen de una en una sino que se agrupan para lanzarse al vacío.

Disfrutando mucho de la sensación de volver a estar haciendo un recorrido que me lleve hasta la bola del Puig d’Agulles, me meto ya en el camino que bordea las canteras y llega hasta el principio de la rampa cementada que sube hasta la bola. Es un camino de unos 2,5km que se compone de tres cortas pero empinadas subidas en las que pongo el molinillo para no llegar cascado a la rampa cementada final.

Según me acerco me voy mentalizando. Sé que puedo subirla sin echar el pie al suelo. Es una rampa de sólo 300 metros, de cemento, pero con un porcentaje que ronda siempre el 18-20%, y unos últimos metros en los que llega a alcanzar más del 30. Suerte que son sólo unos pocos metros.

Ya sudando a mares hago esos últimos 300 metros en los que se supera un desnivel de casi 50. Con la cabeza medio torcida por el peso de la cámara, echado para adelante intentando evitar que se levante la rueda delantera, y con todo el desarrollo puesto, consigo llegar arriba sin pararme. No es ninguna heroicidad, pero años atrás, en la primera ascensión a la bola de la temporada, casi siempre acababa echando el pie al suelo. Hace años ya que está cementada, pero cuando estaba “virgen”, sí que tenía gracia subirla. La rueda trasera derrapaba que daba gusto.

Fotos de rigor, recuperar fuerzas, comer algo...

¡He vuelto!

Que he subido en bici, ¡eh!


Una hora y un minuto. No está nada mal. Toca ya volver para casa, que son las 10 de la mañana y tengo que llegar antes de las once para ir bien de tiempo de cara a no llegar tarde al trabajo.

Hago la bajada desde la bola hasta la falda de la montaña, y me meto por la trialera de Can Armengol, que me llevará hasta L’Amunt. Desde ahí, en lugar de hacer ya carretera hasta casa decido meterme por un camino que me llevará hasta el Paratge de la Cervera, pequeña zona residencial al lado del pueblo, y desde allí ya sí callejearé por Corbera para ir hasta mi casa.

Ese piquillo...


Al final, 19 kilómetros y 600 metros de desnivel acumulado, en 1 hora y 26 minutos de pedaleo. Números “correctos”, para una salida en la que lo que realmente perseguía era volver a sentir la agradable sensación de subir hasta la bola del Puig d’Agulles. Además he grabado varios vídeos, bastante largos, con todos los caminos de tierra que he hecho. En definitiva, una salida corta pero que me deja con un gran sabor de boca.



JUEVES 30 DE JUNIO. EL PUIG D’AGULLES Y EL COMPAÑERO VIRTUAL

Con el buen rollo que me quedó del martes, el jueves decido volver a salir, y volver a subir al Puig d’Agulles. Con una vez no me basta, tengo que repetir.

En esta ocasión se me ocurre (por cuestiones de tiempo) que podría hacer el mismo recorrido pero llevando “puesto” en el gps el “compañero virtual”. Así veré si soy capaz de mejorar los tiempos del martes.

Esta vez salí sin la cámara de vídeo. Total, si iba a hacer el mismo recorrido. Y no llevarla en la cabeza se agradece bastante.

A diferencia del martes, día en que hizo un sol y un calor tremendos, el jueves estaba totalmente nublado y hacía algo de fresco. Salí un cuarto de hora más tarde, y con el cortavientos y los manguitos en la mochila. Con lo a gusto que estaba yo con el calorazo...

Nada más coger el camino del Cau de la Guineu me doy cuenta de que no he recuperado todavía las piernas. ¡Pero si sólo hice 19km! Sí, pero es que estar casi 8 horas de pie en el trabajo me deja las piernas bastante castigadas. Y hoy lo notaré.

Bueno, al menos la temperatura es más agradable para ir en bici (aunque luego siempre digo que prefiero el calor), y lo que pierdo por ir peor de fuerzas lo gano por ir menos acalorado que el martes. Aún así el compañero virtual no engaña: voy siempre por detrás de él. Normalmente sólo unas decenas de metros, pero que ya en el tramo de la nacional, subiendo hacia el Ordal, se convertirán en unos cuantos cientos.

La antigua torre del telégrafo

Atrás dejo la Creu d'Ordal. Al fondo la bola de Vallirana


Con unas sensaciones peores que el martes voy subiendo acercándome al Puig d’Agulles. Pienso que quizá hoy no sea capaz de subir hasta la bola sin tener que hacer un tramillo andando. Sin embargo, y a pesar de subir más atrancado que dos días antes, consigo llegar arriba sin pararme. Eso sí, llego bastante más cascado.

Incomprensiblemente, tardo exactamente lo mismo que el martes: una hora y un minuto desde mi casa hasta la bola. Bueno, eso es porque el martes iba grabando vídeo y en algunos tramos debí de relajarme un poco. Aún así me resulta sorprendente haber tardado lo mismo.

2º día en la bola

La caseta de vigilancia forestal

Vistas hacia la costa (aunque no se vea)


Recuperar fuerzas, comer, beber... y para casa. Según voy bajando hacia la falda de la montaña me doy cuenta de que el compañero virtual “se ha quedado atrás”. Cada vez le saco más distancia. Hasta 1 km. Luego recordaría que el martes tuve el gps en la mano mientras me movía por alli arriba, así que hoy, mientras yo bajaba del Puig, el “compa” estaba haciendo fotos en la bola.

Total, que como ya no puedo comparar tiempos decido volver por otro sitio, y en lugar de coger la trialera de Can Armengol sigo subiendo hacia lo alto de la urbanización Safari, para después bajar hasta Corbera por la carretera que viene de La Creu Aregall. Así llegaré antes a casa. Y más descansado también, que no iba muy sobrado.

Última foto: Montserrat desde el Safari


Al final, 20 kilómetros en 1 hora y 24 minutos, con 630 metros de ascenso acumulado. Parecidos números, pero peores sensaciones que el martes.

Parecido al del martes, pero con una "joroba" más



DOMINGO 3 DE JULIO. SENDEROS Y PUIG D’AGULLES

Tenía que haber salido el sábado, pero la verdad es que cuando me levanté no me encontraba con suficientes fuerzas como para afrontar una salida en condiciones. Y viendo lo que me pasó el jueves, que no había recuperado bien, ¿porqué iba a ser diferente el sábado? Así que decidí que saldría el domingo.

El domingo por la mañana ya sí me levanté totalmente mentalizado para hacer la tercera salida de la semana. Eso no quiere decir que fuera a salir a las 7 de la mañana. De hecho, salí a las 11. Nunca es tarde si la dicha es buena...

Lo tenía planeado desde el martes: todas las salidas de la semana tendrían como punto común el Puig d’Agulles. La salida del martes era la de toma de contacto. La del jueves tendría que haber sido la de refuerzo de la confianza en mis fuerzas. Y la del fin de semana tendría que ser la de la salida larga con subida a la bola por el camino más difícil: desde el puente sobre el río Anoia en Gelida, y subiendo por el camino de la Font Freda. Lo dejaré para otra ocasión.

En lugar de eso, y condicionado por la falta de fuerzas que noté el jueves, decidí que haría el mismo recorrido de ida hasta la bola que había hecho el martes y el jueves. La diferencia con las rutas de esos dos días sería que me dedicaría a investigar unos senderos que tenía vistos hace tiempo.

Otra vez con la cámara de vídeo a cuestas, para grabar esos senderos y caminos nuevos, y con el cortavientos y los manguitos en la mochila, salí de casa esperando que por lo menos no lloviera. Hacía una mañana bastante fea, con todo el cielo nublado pero con bastante calor.

Primera parte del recorrido exactamente igual que los dos días anteriores: Corbera Baja, Cau de la Guineu, Nacional 340, gasolinera del Lledoner.

Al fondo, el Puig d'Agulles visto desde el Pont del Lledoner


Aquí empezaban las diferencias. Desde la carreterilla que lleva de la gasolinera a una de las canteras sale un sendero-trialerilla que llevo tiempo con ganas de investigar. Supongo que va a parar a la explanada que hay donde antaño estaba la torre de vigía del Ordal (al lado del antiguo puerto del Ordal, donde está la cruz), pero como sólo lo supongo, lo mejor es empezar el caminillo desde abajo, y subirlo para ver a dónde llega.

Es un caminillo pedregoso que me hace bajarme de la bici al poco de empezarlo. Hay una buena pendiente en algunas zonas, y las piedras me impiden hacerlo subido en la bici. Seguro que si estuviera mucho más fuerte podría hacer algún tramo más. Voy sudando bastante, pues a pesar de estar nublado (ahora ya menos), hace un calor elevado.

Después de un buen tramo de pateada y alguno de pedaleada, el camino se ensancha y se bifurca. Tras corroborar que por un lado va a donde yo preveía, vuelvo hacia atrás para investigar el otro. Un corto tramo de bajada por el cortafuegos de una línea de alta tensión y se acaba el camino. Marcha atrás. Bueno lo que de momento he descubierto ya está bien.

Según vuelvo hacia atrás intuyo que un huequecillo que he visto en la vegetación puede ser un sendero, así que andando y con la bici al lado me meto por entre los arbustos. Efectivamente, es un sendero de bajada suave, que hago andando durante un buen trozo para no arriesgarme a un pinchazo, y más adelante me subo ya en la bici. Buen descubrimiento, ya que el sendero promete. En algún tramo me he de bajar de la bici, pero se puede hacer bastante bien subido en ella.

Paso por una bifurcación que investigaré después, y al final acabo llegando a donde me estaba imaginando, a la carreterilla de la cantera. Vale, media vuelta y a investigar la bifurcación anterior. Primero, subida por el sendero recién hecho, y ya me desvío por el otro. Otro buen descubrimiento. Caída tonta pasando un pequeño obstáculo del camino, que ha quedado grabada para la posteridad, y sigo mi camino hasta ir a salir al final de la subida del sendero-trialerilla del principio, que para rematar la faena decido hacer de bajada.

Bueeeeno, ha estado bien esta primera parte de las investigaciones que tenía previstas. Curiosamente, no he hecho ninguna foto. Claro, como voy grabando en vídeo, me olvido de las fotos. 

Ahora toca ir hasta la bola del Puig d’Agulles, que es parte ineludible de la salida de hoy. El camino hasta allí me va a costar, pues los senderos me han dejado un poco tocadas las piernas, así que me lo tomo con calma. Según voy subiendo ya voy pensando en los caminos que quiero investigar después de subir a la bola. Una manera como otra cualquiera de ir distrayendo un poco la mente.

Encarando el segundo repecho del camino hacia el Puig d'Agulles

Ya me queda menos


La subida a la bola me cuesta un poco más que el jueves, pero la verdad es que cuando llego allí me parece estar igual de cansado que en las dos veces anteriores. Siempre al llegar arriba me quedo unos momentos encima de la bici, pedaleando hacia atrás para no parar las piernas de golpe, y esperando que me bajen un poco las pulsaciones.

Pues he llegado. Tres de tres


Mientras me recupero del esfuerzo voy haciendo fotos y pensando en cuál va a ser ahora mi siguiente objetivo.

Algún camino recorrido, y algún otro por recorrer

Difícil no repetir fotos en tres días por allí


Decido que voy a volver hacia las canteras para hacer un camino que doy por supuesto me llevará de bajada hasta el Camí de Mas Granada, que viene de Ordal. Bastante rato parado en la bola me han dejado aún un poco más entumecidas las piernas, pero bueno, casi todo va a ser de bajada. De momento.

Después de hacer ese tramo que ya sabía de antemano a dónde me llevaría, toca ahora ir hacia una calle no asfaltada de la Urbanización Safari, desde donde me meteré por un sendero que me debería llevar de bajada hasta un poco más arriba de la Font Freda de Gelida. Digo debería porque eso es lo que había visto en los mapas del Wikiloc días antes...

Empezamos mal, pues el sendero que sale en los mapas ya no existe como tal. De hecho ni se veía el principio. Suerte del gps, porque yo me lo había pasado de largo. Aún no habiendo sendero visto, decido meterme por entre la vegetación, ya que si en los mapas sale el sendero, seguro que en algún momento aparecerá.

Apareció en mi mente sobretodo, porque me pasé un buen rato caminando con la bici a cuestas, rascándome las piernas con los arbustos, y apartando ramas y matorrales de todo tipo para poder avanzar. Como según el gps iba bien, yo seguía adelante. Al final me cansé y decidí que quizá en otra ocasión volvería para hacerlo andando.

¡Desisto! Si es que no había por donde pasar...

Qué lejana parece la bola


Volví hacia atrás y me senté a un lado de la calle no asfaltada, bajo una sombra, mientras me recuperaba y me ponía crema solar en los brazos, que me empezaban a quemar. Un ligero cambio de planes, pero que no me iba a impedir seguir con el resto de lo que tenía planeado.

Tocaba ahora seguir subiendo por esa pseudo-calle hasta meterme de lleno en la urbanización, hacer un par de buenas subidas para llegar hasta la salida, y entonces meterme por el camino que me llevaría, en sentido inverso a como lo había hecho en otras ocasiones, hasta la Roca Foradada. Estaba siendo una ruta corta pero dura. En unos 22km llevaba ya unos 850m de ascensión acumulada.

Panorámica típica...

El camino de llegada al mirador

La última (desde allí)


Después de pasar un ratillo de relax allí en el mirador de la Roca Foradada cogí ya camino de bajada hacia La Creu Aregall, para desde allí meterme por el Camí Ral de bajada hasta Corbera. Nada más empezar el camino, ¡pam!... ¡psssssshhhh! Llantazo. Vaya hombre, a cambiar la cámara.

Ésta sí es la última


“Sólo” perdí 20 minutos en cambiar la cámara (y hacer unas fotos, y demás). Continué la bajada por ese camino que suelo hacer de subida (qué placer hacerlo al revés), y en un santiamén me planté en Les Parretes. Ya que estaba por allí se me ocurrió hacer esos senderillos que hay por esa zona, y claro, acabé con los brazos sangrando por culpa de las zarzas. A quién se le ocurre.

Me iba a ir ya para casa, pero aún me quedaron ganas de bajar por el sendero-trialera que lleva hasta Can Planes, y de allí meterme por el Paratge de la Servera para llegar ya a Corbera y, ahora sí, hacer el último esfuerzo hasta llegar a casa.

Una salida de media mañana, con bastante calor, sudando mucho, de menos kilómetros de los que me habría gustado, pero con un recorrido exigente que unido a que no estoy muy bien de forma me ha hecho llegar bastante cansado a casa.

Me ha dejado cascadillo


31 kilómetros, 2 horas y ¾ de pedaleo, unos 1000 metros de ascenso acumulado, 1 hora y ½ de paradas. Bueno, no es para tirar cohetes, pero me lo he pasado bastante bien. He disfrutado con la bici, he sufrido en las subidas, he descubierto nuevos caminillos, he hecho nuevas grabaciones de vídeo, y he subido por tercera vez en una semana a la bola del Puig d’Agulles después de haber estado 9 meses sin acercarme por allí. Buena salida.

Ya veremos qué hago la semana que entra. Si es que hago algo...


Bruno

7 comentarios:

  1. Aupa Bruno, si vas coguiendo esta rutina entre semana, ya veras que en poquito tiempo bajas de 1 hora hasta la cima, otro dia me acerco por tu zona y subimos esa bola.
    Jorge h

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  2. No sé si aguantaré ese ritmo otra semana más, pero vamos, un minuto creo que lo podré bajar, ¡jajajajá!
    Cuando quieras te vienes, la bola te estará esperando... y algún senderito también.
    ¡Saludos Jorge!

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  3. Kumpaññññ, vaya semanita más completa de bolas, jejeje.... O no la subes en todo el año, o en una semana recuperas el tiempo perdido, ya te vale.
    Aprovecha ahora que has cogido la rutina y esta semana la subes por mí otras tantas veces, jejeje...
    Y a seguir descubriendo senderos, que los tendremos que ir a ver algún día.
    Bien kumpañ, bien.

    Txarly.

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  4. Creo que voy a pasar de las bolas y me voy a dedicar a los bolos... es menos sufrido, jajaja.
    Voy haciendo, cumpany, voy haciendo, pero me cuesta más de lo esperado. ¿Serán los 40?
    A ver si preparo otra rutilla con un poco de todo y nos pegamos una buena salida.
    Y tú, a ver si haces algo, que si no, este verano las alforjas te van a pesar demasiado...
    :D

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  5. Si los juntas todos, te sale un maratón bien majo eh? :D

    Parece que el verano te esta animando a dar pedales.

    Un saludo!!

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  6. Joerrrrrrrrrr... deixa algu pels demés no??? Tu amb dos boles a fer més boles.... qui en té el récord???
    Cel.lebro que et trobis bé i que no paris de pedalar... i de seguir fent "amics virtuals" ;-)

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  7. Sí, Theo, tendré que hacer una ruta uniendo todas esas, porque si no, a base de salidas de 20 kilometrillos no voy a ninguna parte. Aún así, no llegaría a lo que hacen otros, eh...
    Y qué ganas tenía de que llegara ya el calor, y sudar, y sudar...
    ¡Saludos!


    Mònica, si jo ja deixo pels demés... Será per boles!!
    No hi ha una mena de competició personal que consistia en pujar nosequantesvegades en un any el mateix cim? Qualsevol dia em posso...
    Gràcies, i ànims amb "lo teu"!

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