Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

domingo, 25 de marzo de 2012

OBLIGADO A SALIR


Ayer, salida de treinta kilómetros que me dejó las piernas como si hubiera hecho ochenta. Se trataba de acompañar a Carlos a su regreso de una ruta larga que había hecho por el Garraf junto a Xavi y Gerard, otro compañero de trabajo.

A las dos menos cuarto de la tarde me llama para decirme que están, él y Xavi, en Olesa de Bonesvalls, y que nos veíamos en la base del Puig d’Agulles en cuestión de una hora, que es lo que calculaba yo que tardarían en llegar allí.

El problema es que justo en el momento de la llamada yo me acababa de poner a limpiar la cadena de la bici... ¡jajajaja! Pues no me quedaba nada aún… acabar de poner la bici a punto (nunca he sido capaz de dejarla preparada después de hacer una salida), prepararme el isotónico y diversas vituallas, los complementos tecnológicos, vestirme…

Claro, tuve que sacrificar mi media horita de calentamiento en la “espinincicleta”, y eso no es lo que le va mejor a mis tendones precisamente.

Total, que incluso así salí de casa con retraso. Con retraso para llegar al Puig d’Agulles a la hora acordada. Por supuesto tuve que ir directamente por carretera, en dirección a La Creu Aregall. Eso implica salir de casa ya subiendo, y no dejar de subir hasta llegar a nuestro punto de encuentro. Sí, por asfalto se rueda más fácil, pero no puedes subir a platillo, que no deja de ser una carretera y tampoco se trata de ir parado.

Para mi sorpresa, tal y como salí de casa no me molestó el tendón, lo que me molestaba eran los abductores de la pierna derecha. No sé por qué, pero ahí estaban, recordándome que ellos también forman parte del pedaleo. Pensé que cuando entraran en calor me dejarían en paz, y por suerte así fue.

Según subía por la carretera mi mayor miedo era la megacuesta de subida hacia la urbanización Safari. No recuerdo cuándo fue la última vez que pasé por allí, pero seguro que hace por lo menos un año. Con sus rampas máximas del 24%, mi nuevo desarrollo, y la poca forma que tengo, lo iba a pasar un poco mal. Pero bueno, son sólo 700 metros, y si en otras épocas, cuando cogía la bici por primera vez en la “temporada”, me atrevía con ella, esta vez no iba a ser menos.

Al final Xavi y Carlos me esperaron a la entrada de la urbanización, ya que como ellos llegaron a la hora prevista tampoco se iban a quedar parados 15 ó 20 minutos en el Puig d’Agulles hasta que apareciera yo. Así que tuvieron el detalle de acercarse un poco.

Llegué arriba maldiciéndoles (en broma, por supuesto) por no haber “tenido el detalle” de bajar hasta la carretera y así no haberme hecho subir la cuesta del Safari, pero es que Xavi tenía compromisos y para volver a casa le iba mejor bajar hacia Gelida por el camino de la Font Freda que por la carretera. Tampoco se trataba de hacerle perder más tiempo.

Carlos me fotografió coronando el Safari, con la lengua fuera


Estuvimos unos minutillos comentando qué tal les había ido la ruta por el Garraf. Parece que Gerard, compañero de trabajo nuestro, y que está preparando la Pedals Non Stop (palabras mayores) y debe de ser una máquina dando pedales, les preparó una ruta muy divertida, con bastante sendero.

Ya nos despedimos de Xavi, deseándole buen regreso a casa. Por lo que me comentó Carlos, nuestro amigo Xavi está muy, muy fuerte. Los dos tienen previsto participar en la Maratón de Los Monegros, y la salida de ayer era una preparación para esa marcha. Carlos además tiene (o tenía) intenciones de participar en Los 10000 del Soplao, pero según me dijo ayer a lo mejor desiste pues se encontró muy mal de fuerzas y no ve claro llegar con la forma mínima para afrontar el reto con garantías de disfrutar de sus 165 kilómetros.

Otra foto gentileza de Carlos.
¿Pero dónde regalan esos cascos?


Para empezar su ruta, Carlos había ido en coche hasta el polígono industrial de Les Fallulles, al lado de Pallejà, y desde allí había ido en bici hasta Gelida, donde había quedado con Xavi, pasando por Corbera. Se trataba ahora de que para volver hasta su coche yo aprovechara para enseñarle un par de caminos de esos que he “descubierto” últimamente.

En concreto la idea era que le enseñara la manera de ir desde La Creu Aregall a Corbera pasando por la urbanización El Bon Repós; luego cómo ir desde Corbera hasta La Palma por el camino que va paralelo a la carretera, bordeando las peñas del Mirador; y por último, el camino que va desde el cementerio de La Palma hasta el río Llobregat, pasando por la cantera del Turó Roig y por el polígono de Les Fallulles.

Y más o menos eso fue lo que hicimos. Aunque no llegamos hasta el río, nos quedamos en el polígono. Eran las cinco de la tarde, y Carlos llevaba casi 12 horas levantado. Además, decía que estaba muy, muy cascado, que se había encontrado muy mal de fuerzas durante toda la jornada. Y seguro que era verdad, porque para que no quisiera hacer los sólo dos o tres kilómetros que nos faltaban para llegar hasta el río, tenía que encontrarse realmente agotado y con ganas de llegar ya a casa.

Aún a pesar de eso, durante los 20 kilómetros que hicimos juntos, en todas las subidas me dejó atrás con una facilidad pasmosa, casi sin proponérselo. Y es que si él está mal, yo estoy fatal, ¡jajajajajaja!

Me quedé allí con él mientras lavaba la bici y guardaba todo en el coche. Ya nos despedimos y yo inicié camino de vuelta hacia casa. El primer tramo, por montaña hasta La Palma de Cervelló, pasando por el cementerio. Y una vez allí cogí la carretera para subir a Corbera, que no me apetecía seguir haciendo caminos de piedras.

En 15 ó 20 minutos me plantaba en casa, con las piernas duras como piedras (bueno, no tanto…). Hacía muchas salidas que no llegaba a casa con los músculos tan fatigados. Y es que el haber empezado la ruta sin calentar y subiendo con prisas hacia La Creu Aregall, no me dejó preparar la musculatura para el esfuerzo que había de realizar.

Y la cuesta del Safari fue lo que me acabó de rematar. A partir de ahí ya me pasé el resto de la ruta con una sensación de fatiga en las piernas como si llevara hechos ochenta kilómetros en lugar de diez. Y aunque el tramo que hice con Carlos es básicamente de bajada, “dos o tres repechos” sí tiene, y la verdad es que me acabaron de cascar.

Luego la vuelta a Corbera no me costó tanto como pensaba, pero sí que es cierto que la hice con las piernas muy congestionadas, con esa sensación de que te van a “petar” en cualquier momento.

Con las prisas no me di cuenta y puse en marcha el gps cuando ya llevaba unos minutos de pedaleo


Con todo, pienso que tampoco rendí tan mal, y esta ruta quizás es la más dura de las que he hecho últimamente. 33 kilómetros en 2 horas 40 minutos, con 1000 metros de ascensión acumulada. No está mal. Lo que me mató fue salir sin calentar y tener que subir directamente hasta el Safari. Pero bueno, no va a ser todo suavidad siempre…


Bruno

4 comentarios:

  1. ¿Oye? Ya me dirás donde regalan los cascos, que no están nada mal.

    Buena salida, con subida nada mas salir, por aquí se estilan mucho.

    Y vaya colegas que te buscas: Monegros, Soplaos y uno de la Pedals. Luego te llevaran con la lengua fuera, como en la foto.

    Un saludico!!

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    1. Están guapos esos cascos, pero ya se ven mucho, ¡jajaja!
      Lo malo de salir subiendo no es la subida en sí, sino salir con prisas y sin calentar, pero cuando sales "obligado" es lo que toca, jejeje.
      Y sí, esta gente están hechos unos máquinas, por eso ya no salgo con ellos, ¡jajajajajaja!
      ¡Que pedalees bien!

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  2. Kumpaññññ, anda que si no te saco de casa.....
    Por lo menos ya has echo mas kms que estos días anteriores, si es que te tengo que estar obligando, jajaja...
    Buena esa ruta que me enseñaste, lástima que iba doblao si no, nos hubieramos dado un par o tres de vueltas más.
    La próxima vez, te apuntas con nosotros.

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    1. Bueno, que sepas que salí por hacerte un favor, ¡jajajajaja!
      La ruta estuvo bien, pero otra vez la haremos con más calma y más repechos, que me parece que sólo hicimos un par, jejejejeje...
      Venga, la próxima vez me apunto con vosotros... ya me buscaré luego un bautizo al que asistir, ¡jajajaja!

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