Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

lunes, 12 de marzo de 2012

DE LA MONTAÑA AL RÍO


Dos semanas y media sin coger la bici, no porque estuviera desganado, sino porque entre la pereza que me provocaba el frío que hacía (sí, tampoco era para tanto), y la posibilidad de ejercitarme en casa (ya fuera pedaleando o levantando peso), no me importó no salir a dar pedales por ahí.

Y es que estando en turno de tardes en el trabajo tenía que levantarme muy pronto para poder aprovechar un poco el tiempo, y a esas horas el frío no me invitaba a salir a sufrir. Eso, y la necesidad de dormir un mínimo aceptable de horas para recuperar el cuerpo del cansancio generado durante el día. Y luego el fin de semana tampoco me acababa de animar. Total, por un par de semanas sin salir tampoco va a pasar nada. Y por qué no decirlo, las molestias tendinosas también me influyen a la hora de tener más o menos ganas de salir a darle caña a las piernas.

Además, también he estado echándole horas al “güiquiloc”, mirando de encontrar la manera de enlazar rutas, o intentando crear otras nuevas. A veces con la idea de ofrecer a los compañeros una buena ruta, a veces con la idea de disfrutar yo mismo de algún camino todavía no recorrido.

Hoy en día, entre los gps y los programas de creación de rutas, o simplemente consultando por internet mapas y vistas de satélite, se abre un abanico enorme de posibilidades a la hora de plantearte hacer una ruta, ya sea para bici o a pie, o de cualquier otra manera.

Una de las rutas que llevaba mucho tiempo dándome vueltas en la cabeza era la que me pudiera llevar desde Corbera hasta el río Llobregat (bajando en dirección Molins de Rei) evitando en la medida de lo posible el rodar por carretera.


Así que enlazando trocitos de ruta ya hechas, y añadiendo algún camino visionado en los mapas acabé por crear un recorrido que supuestamente me llevaría a conseguir mi objetivo.


MARTES 28 DE FEBRERO. CAMINO AL RÍO

Recién estrenado el turno de mañanas, con ganas renovadas de salir a recorrer caminos, y con las ideas muy claras sobre lo que quería hacer, me dispuse a descubrir esa manera de llegar al río sin hacer carretera.

Como no iba sobrado de tiempo, por aquello de querer acostarme pronto y no ir hecho polvo al día siguiente (es lo que pasa cuando te levantas a las 4 y 20 de la mañana), y por no ir tampoco sobrado de forma física, decidí bajar por carretera hasta el polígono industrial Les Fallulles y desde ahí afrontar ya el tramo de camino visionado en el “güiqui”.

Tenía preparados dos caminos posibles, con lo que miraría de hacer uno a la ida y el otro a la vuelta. El resultado fue totalmente satisfactorio, consiguiendo por fin encontrar la manera de llegar al río pudiendo pasar totalmente de la carretera. Que no es que me disguste demasiado, pero siempre es bueno tener la posibilidad de evitarla el día que no te apetezca rodar entre coches.

El camino en cuestión discurre por detrás de la cementera, recorriendo una pequeña montaña sin nombre en lo que en los mapas llaman Costa Pelada. Es una colina al lado de Pallejà que ha quedado encajonada entre la cementera y la variante de la autovía que sube hacia Cervelló.

La cementera desde el camino de la Costa Pelada


Un camino que llevo años viendo al volver del trabajo, y que en innumerables ocasiones me había pasado por la cabeza la idea de encontrar la manera de llegar hasta allí.

El camino acaba dando a una calle de Pallejà, desde la que ya sólo queda recorrer unos cuantos cientos de metros sin peligro aparente (se tiene que cruzar la antigua N-II, pero ahora ya con muy poquito tráfico y unas buenas rotondas), y entrar por uno de los varios puntos de acceso al río que hay en esta población, y que descubrí en enero el día que hice “Spinning ribereño”.

Bueno, como había hecho tan pocos kilómetros decidí seguir por el río hacia Martorell y así hacer un par de horas de pedaleo a ritmo.
No veas si hacía viento. Aún así pude mantener una cadencia de pedaleo y ritmo cardiaco más o menos constante.

Cruzando por el puente azul, a la altura de Castellbisbal


Llegando a Martorell quise subir la  “la tachuela”, como bautizó Carlos al Turó de les Forques en la época en que nos entrenábamos para el Soplao del 2010. No había vuelto a pasar por allí desde entonces, y leyendo una de sus últimas crónicas me entró el gusanillo de volver a subir esa “tachuela”.

El problema fue que no cogí el desvío y acabé apareciendo en el Pont del Diable, ¡jajajajajaja! Bueno, ya que estaba aproveché para sacar unas fotos y comer un poco.

En el Pont del Diable, en Martorell


En el camino de vuelta me costó un poco más mantener un ritmo decente. El viento, el esfuerzo anterior, el no querer forzar demasiado el tendón…

Al llegar a Pallejà, vuelta a subir por el camino recién descubierto, y una vez detrás de la cementera tocaba investigar la otra posibilidad que llevaba preparada en el gps. Es un camino que pasa por debajo de la variante de la autovía, y se convierte en una subida no muy larga pero con una buena pendiente que lleva hacia la cantera “Turó Roig”, supuestamente en restauración.

La cantera en "restauración"


Como no vi ningún cartel prohibiendo el paso, pero con precaución porque sabía que por ahí pasan camiones, seguí adelante para dejar atrás la cantera e iniciar bajada hasta el cementerio de La Palma, desde donde ya sabía llegar hasta la carretera que lleva a Corbera.

Como estaba empezando a oscurecer decidí subir por carretera (también llevaba preparado un recorrido por montaña) y llegar antes a casa. Y la verdad es que subí a un ritmo muy bueno, que no me esperaba después de la “paliza” que me había pegado por el río.

Contento al llegar a casa porque por fin había podido descubrir la manera de llegar hasta el río sin tener que hacer más que unos cientos de metros por asfalto. Ahora sólo faltaba volver a salir y enlazar todos los caminos que ya conocía.

2 horas 50 minutos de pedaleo
45 kilómetros
600 metros de ascenso acumulado


La jornada me sirvió para constatar otra cosa. Semanas atrás había llevado la bici a que me cambiaran platos y piñones, cadena, retenes de la horquilla, y le hicieran una revisión general. Luego aparte de eso también me cambiaron los discos de freno. Uno hacía falta, el otro no. Me quejé, me “arreglaron” un poco el precio, y la verdad, tampoco me importó demasiado.

Pero además, y de eso no me di cuenta hasta días después (fallo mío, por supuesto), me variaron el desarrollo del bloque de piñones (¿se le puede llamar así?). ¡A peor claro! A peor para mí, que soy de tirar más de cadencia que de desarrollo. Ahora el piñón más grande es un 32 en lugar de un 34 que traía de serie la bici. Sí, seguro que a más de uno le sobra con eso, pero a mí, de verdad que me faltan dientes. Con razón en la salida anterior notaba que iba muy mal de fuerza.

Total, que ahora es como si fuera con un piñón menos que antes, y eso yo, lo noto, y mucho. Antes de decidir cambiarlo probaré algunas veces más, pero creo que acabaré por ir a que me pongan otro piñón. Incluso de más dientes que el que llevaba antes, ¡jajajajajajaja!



SÁBADO 3 DE MARZO. AL RÍO POR MONTAÑA


Tocaba ya, ahora sí, intentar enlazar todos los caminos conocidos y bajar desde Corbera hasta el Llobregat tocando lo menos posible el asfalto. Hoy en día es imposible hacer una ruta así totalmente por caminos de tierra, pero casi.

Por la mañana “me fue imposible” salir, tenía que dormir y recuperar fuerzas después de una semana bastante ajetreada. Sólo me apetecía quedarme en la cama. Luego durante la mañana ya me fui mentalizando y, aunque a una hora un poco “rara” para ser un sábado, acabé saliendo de casa con muchas ganas de dar pedales.

Después de unos primeros metros ineludibles por asfalto, ya me metí en el camino que discurre bajo las paredes de roca que quedan en paralelo con la carretera que baja a La Palma. Un camino con dos o tres repechos, pero que como es lógico, acaba siendo de bajada.

Antes de llegar a La Palma hay que cruzar la carretera en dirección al merendero de Can Vía, para seguir el curso de la riera Rafamans en dirección a la salida del pueblo. Una vez allí, hacia el cementerio, y luego a subir un poquito para hacer el camino de la cantera del Turó Roig en sentido inverso (mucho más fácil, pues es de bajada) al que lo hice el martes.

Una vez por detrás de la cementera, a atravesar la colina de la Costa Pelada, y llegada a Pallejà, donde ya me metería en el camino del río. En total unos 11 kilómetros en unos 40 minutos. En las subidas, “sufriendo” con los nuevos desarrollos, y en las bajadas, dejándome llevar, guardando fuerzas para más adelante.

Ya en el río, y por no hacer sólo la bajada hasta allí y vuelta a casa, volví a pensar en subir “la tachuela”, así que seguí adelante en dirección a Martorell, calcando el recorrido hecho días atrás.

En esta ocasión no me equivoqué y cogí el camino adecuado para subir al Turó de les Forques, a plato pequeño, por supuesto. Y siendo ese el punto medio de la ruta paré a hacer unas fotos y avituallarme un poco.

Dos caminos muy diferentes

En el punto geodésico del Turó de les Forques

Vista de la ribera del Llobregat


La vuelta a Pallejà, igual que el martes: con menos alegría y fuerza en el pedaleo, y con ese típico viento de la zona fastidiando. Tocaba guardar energía para afrontar la última parte del recorrido.

Ya en Pallejà, me dirijo otra vez a pasar por la Costa Pelada, y una vez en la cementera, en lugar de subir por la cantera me meto por el caminillo que lleva al polígono de Les Fallulles, para así volver a La Palma por “el otro lado”, por el camino del Pla de Sant Joan. Mucho más fácil de hacer este tramo, pues te ahorras la subida por la cantera, que tampoco es que mate, pero también se trataba de dejar constancia de esa otra posibilidad.

Una vez llegado al cementerio de La Palma, punto de unión de estos dos caminos, sigo hacia el pueblo y cruzo la carretera para volver a seguir el curso de la riera en dirección a Can Vía, previo paso (al igual que a la ida) por la Font del Marge.

Y ya en las inmediaciones de Can Vía, en lugar de subir hacia la carretera y coger el camino de las peñas, seguí adelante por la riera, haciendo el camino que llega hasta la entrada de Corbera, siguiendo en paralelo, y por abajo, a la carretera. Este camino es muchísimo menos cansado que el de las peñas, que tiene unos rampotes tremendos en su primer tramo.

La verdad es que el recorrido que hice creo que es el más fácil de las combinaciones posibles que hay. A la ida por el camino de las peñas, y por la cantera; y a la vuelta por el Pla de Sant Joan, y por la riera Rafamans.

Hay algunas rocas curiosas en el camino de la riera


Habría hecho mejores fotos del camino, pero se me hacía tarde


El camino de la riera acaba siendo de subida para llegar a la carretera, justo antes de la entrada a Corbera. Aquí, y para no meterse por asfalto, se puede cruzar al otro lado y subir una rampa de unos cien metros que enlaza con el camino de las peñas, para seguir en dirección a Corbera Alta.

Más adelante, y después de tener que hacer unos pocos segundos por la carretera, se puede uno desviar hacia una zona residencial que te permite evitar esas curvas tan peligrosas que hay llegando a la rotonda de Can Xorra (donde desemboca la carretera que viene de Sant Andreu de la Barca). Es un camino privado, creo, pero que no debería de haber problemas por hacerlo, siempre teniendo el máximo respeto por el entorno.

En fin, una ruta muy guapa, sobre todo por el hecho de conseguir enlazar Corbera y Martorell haciendo montaña y río, y evitando casi totalmente el rodar por carretera.

Tal y como me pasó el martes, aunque no llegué muy cascado, sí que noté bastante el esfuerzo realizado, que sin ser nada del otro mundo, me dejó las piernas “a gusto”. Que no está uno para esos trotes, ¡jajajajaja!

45 kilómetros
740 metros de ascenso
3 horas de pedaleo


Realmente merece la pena conocer estos caminos, y como sé que más de uno lo agradecerá, ahí va el enlace para visualizar y descargarse la ruta en el “güiquiloc”.


http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2552119


Bueno, ya he conseguido realizar esta ruta que tanto tiempo ha estado dando vueltas en mi cabeza. Ahora habrá que intentar "hacer otros enlaces"...


Bruno


6 comentarios:

  1. Bien Bruno yo como no controlo el gps pues pasa lo que me pasa, que me pierdo seguro soy un desastre, a ver si me pongo al dia.
    Al final has conseguido ir al rio evitando asfalto, bien echo todo lo que puedas evitar bien venido sea

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  2. ¡ Así, si!

    Tienes que abandonar ya el indoor, que en breves nos cambian la hora, viene el calor, otro rollo ya.

    Las salidas bastante interesantes y bien documentadas, si señor.

    Un saludo!

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  3. Kumpaññññ, menuda biblia, jeje... Por lo menos has conseguido lo que te has propuesto y no ha sido nada fácil, ya que el asfalto nos tiene invadidos.
    A ver si de una vez por todas empiezas a salir con más asiduidad, que con este tiempo que hace, la "flaca" te añora.
    Buenas rutas si señor.

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  4. Jorge, yo con el gps, lo justo. Pero ya ves que entre el gps y los mapas puedes descubrir cosas interesantes. Siempre va bien tener unas nociones. El problema es que te tiras horas mirando mapas, y preparando rutas. Pero vale la pena.
    Esta ruta es posible que no la haga muy a menudo, pero siempre tendré la posibilidad de evitar la carretera cuando quiera solo tierra. Y si a alguno también le sirve, pues mira, mejor.


    Bueno, Theo, voy haciendo, que al indoor también le he cogido el gustillo. Intento compaginar las dos cosas, pero está claro que así no te pones a tope en ninguna. Pero no me importa, prefiero diversificar.
    De todas maneras, este tiempo que está haciendo (por lo menos por aquí) invita a salir de casa y pegarse unos buenos tutes al aire libre, bajo el sol. ¡Qué ganas tenía de que empezara el calorcito!
    A ver si puedo seguir haciendo salidas de este tipo, de ir descubriendo caminos nuevos.


    Cunpaaaaany, he resumido todo lo que he podido, pero es que no sé más, jejeje. Y también se trataba de explicar un poquillo la ruta y mis sensaciones. Pero no creas que no tengo ganas de hacer crónicas tipo telegrama, que ya sabes que me fastidia mucho perder tanto tiempo en el ordenador. Pero bueno, no es tiempo perdido, es tiempo aprovechado.
    Esta ruta entre el río y Corbera te gustará hacerla, así podrás venir a verme (jejeje) sin tener que lidiar con los coches.
    Y la flaca está ahí, pobrecita, cada vez que la veo me siento mal por no sacarla a pasear, ¡jajaja! Cualquier día le doy una alegría...


    Saludos compañeros, cuidáos mucho, y a seguir disfrutando con lo que sea!!!

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  5. Así me gusta, a escribir, a escribir.
    Tiene buena pinta esa ruta. Y gracias por colgarla en el wikiloc. Ya te he añadido a los favoritos.

    Un saludo.

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  6. Miguel, gracias a ti y a otros que colgáis las rutas. A ver si publico alguna más, y así podéis mirar de realizarlas, o de aprovechar parte de ellas para haceros vuestro propio recorrido.
    Desde luego que esta de ir y volver al río sin tocar casi asfalto vale la pena conocerla.
    Cada vez me cuesta más escribir. ¿Me habré cambiado el desarrollo...?
    ¡Saludos!

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