Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

sábado, 28 de enero de 2012

ALTERNANDO


Esto de tener bici de montaña, bici de carretera, y bici de spinning, es positivo porque me da distintas opciones según las ganas que tenga o el día que haga. Que llueve o no tengo ganas de pasar frío, hago spinning. Que tengo ganas de hacer kilómetros por carretera, “la flaca”. Que me apetece pedalear entre árboles y respirar el aire húmedo de la montaña, “la gorda”.

A veces es un poco estresante, porque parece que tienes la obligación de “tocar todos los palos”, y claro, no siempre es posible. A veces, ni siquiera tienes ganas de bici. Pero cuando las tienes, ahí están ellas, esperando a que las montes…


MARTES 24. A LA HORA DE LOS COLEGIOS

Un mes y medio sin coger la flaca (no me acostumbro a esta jerga), y la pobre ya me miraba con cara de pena. Venga, vamos a dar un paseíto…

Por mucho que lo intento no hay manera de que consiga salir pronto. Esta vez a las cuatro de la tarde. Y a dónde voy a estas horas, pues a Martorell. Como no me apetecía hacer la subida a La Creu Aregall de vuelta, que es lo que hago siempre y seguramente sea lo mejor, se me ocurrió hacer el recorrido a la inversa, y así regresar a Corbera desde La Palma.

Cada vez que me subo a esa bici me noto incómodo, torpe e inseguro. Vamos, como para empezar con ganas. Bueno, supongo que algún día me acostumbraré, aunque sea sólo un poco. Eso sí, la potencia la tengo que cambiar por una más corta, que me noto demasiado estirado.

Subida tranquila a La Creu, sin forzar tendones ni corazón (casi consigo no llegar a 160 pulsaciones), y bajada aún más tranquila, que el suelo estaba húmedo y no quería tener un susto. Incluso me paré a hacer fotos.

Subiendo desde Corbera, acompañado por el sol y mi sombra

Iniciando la bajada a Gelida, de este lado ya no daba el sol

Panorámica llegando a Gelida


Suerte que a pesar del sol salí abrigado, que en las zonas de sombra no hacía nada de calor. Semillaneo hasta Martorell, y al llegar allí me topo con un tráfico terrible, y gente por todas partes: la hora de los colegios. A quién se le ocurre pasar por allí a esas horas. Caravana de coches, paradas en los semáforos, pasos de cebra, y yo intentando guardar el equilibrio. Bueno, pasé el examen sin demasiados apuros.

A partir de ahí menos tráfico, aunque cruzando Sant Andrés y Pallejà me tocó comerme varios semáforos, y moverme otra vez en pequeña caravana de coches. Un poco antes había tenido que parar a cambiar los cristales de las gafas, que el sol ya se había escondido y me iba a hacer falta ver con claridad.

La subida hasta Corbera la hice a un buen ritmo, sin forzar pero ligero, que aunque todavía era de día, ya estaba oscureciendo.

Bueno, al final 39 kilómetros en 2 horas, con 660 metros de ascenso. Lo mismo que tardo con la de montaña, aunque eso sí, con las pulsaciones bastante más bajas.

El tobogán


Me habría gustado hacer más kilómetros, pero poco a poco ya irán cayendo. Al menos le dio un poco el aire a “la flaca”.



JUEVES 26. SPINNING RIBEREÑO

Después de la mini ruta por carretera del martes me apetecía rodar más rato. Se me ocurrió la opción (que luego me pareció buenísima) de meter la bici de montaña en el coche, bajar hasta Pallejà, y allí meterme en el río y rodar por aquellos caminos. No quería hacer desnivel, y sobre todo, no me apetecía tener que volver a casa por la carretera a eso de las seis de la tarde, con tráfico y poca luz.

Como siempre, cuando me subí a la bici ya estaba casi anocheciendo, ¡jajajaja!, no sé cómo lo hago. Pero bueno, unos pocos kilómetros sí pude hacer.

Casi todo el camino que hice está en buenas condiciones. Bastante liso, permite rodar a buena velocidad sin machacarse mucho por baches o piedras (que alguna zona así te encuentras). Las pulsaciones siempre a niveles bastante bajos, casi como si estuviera haciendo estática o spinning en casa.

Nada más empezar, primeras fotos

Realizando un esfuerzo titánico...

El cielo estaba medio tapado


Lo mejor de la salida fue el descubrir la manera de entrar al río desde Pallejà, lo que me va a venir muy bien para otras ocasiones en las que quiera ir hasta allí en coche (muy fácil aparcamiento), o incluso, para cuando algún día sea capaz de conectar Corbera con el río sin meterme por la carretera.

Además, el camino que cogí llega casi hasta Martorell, exactamente hasta justo después de la subida del Congost, con lo que es una opción muy buena para luego conectar con los caminos que llevan a la Serra del Ataix, ya en las montañas de Martorell o Sant Andrés.

Panorámica desde El Congost. Qué paisaje más feo


De vuelta hacia Pallejà ya se me fue haciendo oscuro, pero como llevaba las luces no me importó. Incluso estuve “dando unas vueltas” por el polígono que hay a la entrada, buscando la manera de enlazar la zona de Cementos Molins, o la del cementerio de La Palma, con la entrada al río allí en Pallejà. Entre lo que vi y los mapas, a ver si puedo conseguirlo.

Pequeña central eléctrica en el polígono de Sant Francesc, en Sant Andrés


Luego ya en el pueblo, y antes de pararme en el coche, me dediqué a rodar por el carril bici que tienen en la calle que circunvala toda la población, y que tiene una longitud de 1 kilómetro. Perfecto para bajar los niveles de ácido láctico de las piernas antes de subirse al coche (aunque mis piernas mucho ácido no debían tener, ¡jajajajaja!).

Descargando piernas en el carril bici de Pallejà


El único incidente de la salida fue la caída de medio plátano desde mi mano izquierda hasta el camino de tierra por el que estaba rodando. Cualquiera se para a comerse el rebozado. Qué mal me supo, con lo bueno que estaba…

Al final, 30 kilómetros en casi dos horas, con 200 metros de ascensión.

Parece un electrocardiograma


Resumiendo, una salida corta pero muy productiva, pues me ha dado más opciones a la hora de salir a rodar, o de intentar hacer alguna ruta por varias poblaciones sin tener que tocar carretera. Y bueno, aunque poco, algo de ejercicio también hice.


Bruno

2 comentarios:

  1. Kumpañññ!!! por donde empiezo.
    Yo de tí, me compraría unas luces o mejor no, unas farolas para llevarlas contigo porque ya te vale.

    Dos rutas buenas, por lo menos mueves las piernas y sigues con la buena rutina.

    Sobre la flaca, no me estraña que no te acostumbres a ella, si la tienes abandonada!!! Espera que llegue el buen tiempo y le sacaras mas provecho, ya lo veras.

    Y el río no es muy bonito, pero es una zona muy buena para rodar y controlar las pulsaciones.

    La semana que viene, más!!!

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  2. Hago lo que puedo cumpany, yo lo intento, pero no consigo salir pronto.
    La verdad es que esta semana he hecho más de lo que me esperaba, e incluso he sacado a pasear a La Espe, que ya es mucho. A ver si le cojo el gustillo.
    Y sobre el río, la verdad es que más de una vez me voy a bajar con el coche, así puedo aprovechar más el tiempo (si no quiero hacer desnivel). Y si me oscurece, pues así no veo lo feo que es, ¡jajaja!
    La semana que viene, como haga mucho frío...

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