Pues
marzo no fue para tirar cohetes, pero una salidita a la semana sí que fui capaz
de hacer. Así que por lo menos no perdí el ritmo.
Además salí a correr un día entre semana, durante tres semanas consecutivas, para hacer los
más o menos 6 kilómetros del típico circuito llano que hago de vez en cuando. Y
tengo muy claro que me fueron muy bien para hacer trabajar la musculatura de
una manera diferente y así complementar perfectamente el entrenamiento con las
bicis.
Hacía
tiempo que el cuerpo me pedía salir a correr en lugar de a pedalear, y creo que
ese complemento también le fue bien a mi quejoso tendón del cuádriceps
izquierdo que, y no quiero decirlo muy alto, después de mucho tiempo empezaba a
molestarme menos.
Supongo
que también influyó el que hiciera unos pocos meses que había aumentado
sustancialmente la dosis de pastillas de colágeno con magnesio que hace ya
tanto tiempo que tomo.
Y
seguramente también ayudaba un poco el hacer de vez en cuando alguna de mis
sesiones caseras de musculación.
Domingo 5.- CON DAVID Y NICO
Después
de aquella primera salida juntos en diciembre, volví a quedar con mis primos en
Calafell para hacer otra salidilla juntos.
Me levanté a las siete de
la mañana. Pero como no me noté muy fino, en lugar de hacer la ruta por montaña
que tenía preparada, lo que hice fue simplemente desplazarme hasta allí por
carretera, que además de ser todo llano me permite salir de casa más tarde.
La ruta
con ellos, corta y adaptada al nivel de un niño que está empezando, que a mí ya
me estuvo bien. Luego, barbacoa y a pasar el resto del día juntos.
Y a
última hora de la tarde, de vuelta para casa otra vez llaneando entre pueblos.
En
definitiva, un domingo familiar en el que aproveché para hacer unos cuantos
kilómetros suaves con la bici, que el constante dolor del tendón del cuádriceps
izquierdo tampoco me habría permitido hacer mucho más. La verdad es que aquel
día me molestó mucho.
¿Lo mejor de la ruta? |
Domingo
12.- BICIATHLON
El
martes de esa semana salí por primera vez a correr, y el jueves hice una sesión
de musculación, así que, aunque entre semana no cogí la bici, se puede decir
que deportivamente hablando la semana no estaba siendo mala.
El
domingo me apeteció salir con la bici de carretera, así que a eso de las doce
del mediodía salí en dirección a Castellet siguiendo la bonita carretera del
pantano de Foix. El caso es que según iba por la carretera me empezó a apetecer
salir también con la de montaña, no sé exactamente por qué, porque la verdad es
que iba bien a gusto con la Espe. No sé si es que no me apetecía alejarme mucho
de casa, o que realmente tampoco me apetecía tanto hacer carretera.
El caso
es que al llegar a Castellet me di la vuelta y volví a casa. Hice un corto
avituallamiento, me cambié de chaqueta, cogí la bici de montaña, y volví a
salir a la calle. Una
cosa rarísima que no había hecho nunca, pero que estaba entusiasmado de hacer.
Con muchas ganas hice la típica ruta corta que hago otras veces, disfrutando
muchísimo del cambio de terreno de rodaje.
Al
final, entre las dos salidas hice casi 60 kilómetros en tres horas y cuarto de
pedaleo, que a pesar de no ser nada especial, sí que lo fue el hecho de haber
alternado dos bicis y dos terrenos tan diferentes.
Además
de eso, el tendón que tanto me había dolido el domingo anterior, en esta
ocasión casi ni lo había notado. ¿Estarían empezando a hacer efecto la
combinación de factores que he comentado al principio?
Lo
cierto es que ese día acabé muy contento.
Ida y vuelta por la carretera del pantano |
Flipado con mi "biciathlon" |
Sábado
18.- LES VENTOSES
Otra
semana más en la que completaba las salidas en bici de los fines de semana con una
sesión de musculación casera y una salida a correr 6 kilómetros. No era mala
dinámica la que llevaba.
Para el
sábado me apetecía hacer algo “grande” con la bici de carretera, y se me
ocurrió que podía volver a subir al Coll de les Ventoses diez meses después de
la última vez.
No es
una ruta muy exigente ni mucho menos, pero para mi nivel actual y para lo que
había estado haciendo en los últimos tiempos, ya era una ruta en condiciones.
Salí
con la ropa de invierno, que no tenía yo muy claro lo de salir ya de corto, y
aunque a la ida pasé algo de calor, ya de vuelta no me sobró nada.
Una
ruta muy chula y que me conozco perfectamente, lo que unido a que iba muy
motivado hizo que desde el primer momento me exigiera un poco más de lo que lo suelo hacer. No es que eso me pasara factura, que no lo hizo, pero sí que una
vez llegué arriba me di cuenta de que iba más fatigado de lo que debiera.
Nada
que un buen avituallamiento allí mismo y unos minutos después en Sant Jaume
dels Domenys no pudiera solucionar…
70
kilómetros en 3 horas y cuarto, y 850 metros de desnivel acumulado. Llegué a
casa muy contento, porque además al "tendón maldito" casi no lo había ni notado.
Pasado el Coll de les Ventoses, paré a repostar y a inmortalizar el momento |
En Sant Jaume dels Domenys, donde paré a comprar agua... y ya que estaba... |
Empezando a hacer salidas un poco más exigentes |
Domingo
19.- PROBANDO A DAVID
Por fin, después de tantos años de tontear con la idea, mi primo David se había comprado una bici de montaña. ¡Bravo!
Y como iban a pasar el fin de semana por aquí, me comentó de salir juntos. Y aunque yo ya había salido el día anterior, ¿cómo
no iba a salir con él para enseñarle los caminos por donde yo suelo moverme, y
ver qué tal se desenvolvía con su nueva adquisición?
Así que le
preparé una ruta acorde con su estado físico, en la que nos lo pasamos muy bien
compartiendo kilómetros con nuestras bicis, y disfrutando del hecho de salir juntos porque él por fin se hubiera decidido a dar el paso de aficionarse a este mundo tan apasionante.
Esperamos volver a salir juntos muchas más veces.
¿Quién iba a decir hace unos años que algún día nos haríamos una foto en estas circunstancias? |
Martes 28.- SALIDA CORTA DE ENTRENAMIENTO
El
jueves de la semana siguiente volví a salir a correr los clásicos 6 kilómetros,
y el sábado realicé otra sesión casera de musculación, con lo que la salida en
bici del fin de semana quedó relegada al martes de la siguiente. No importaba
demasiado, pues estaba teniendo una continuidad bastante buena.
Ese
martes salí a las seis de la tarde, después de haber trabajado de mañanas, y de
haberme repuesto un poco del madrugón con una corta pero muy necesaria siesta.
Fue una
salida corta, de entrenamiento, en la que hice un recorrido clásico pero
metiéndome un poco más de caña de lo habitual, sólo por el hecho de disfrutar
del esfuerzo y de la sensación de llegar petado a casa.
Porque es cierto, me
encanta esa sensación…
Una foto por exigencia de las redes sociales... |
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Pues
así fue marzo. Saliendo con la bici de montaña, con la de carretera, haciendo
alguna sesión de musculación, y saliendo tres veces a correr.
Un mes
bastante completo que de momento no se ha vuelto a repetir, ya que ni he vuelto
a salir a correr, ni he vuelto a hacer ninguna sesión de musculación. Con la bici sí he salido.
Pero bueno, todo se andará...
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