Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

sábado, 18 de septiembre de 2010

SEMANAS DE TRANSICIÓN


Semanas estas dos últimas de transición, en las que hice un par de rutas cortas el miércoles y el jueves de la pasada, para finalizar el domingo con una un poco más larga, dentro de la cual estaba incluida la marcha del Open Natura de Sant Sadurní d’Anoia. Y esta semana he salido el miércoles (ruta corta), a la espera de hacer una salida larga este domingo.

Las sensaciones no son precisamente buenas, aunque malas del todo tampoco. Simplemente parece que no tengo ese punto de forma necesario para afrontar con tranquilidad la Selènika de aquí a dos fines de semana.

Y también hay que decir que los tendones de la rodilla izquierda no dejan de molestarme ni siquiera cuando no hago nada, con lo que cuando salgo intento no machacarlos mucho, y cuando no salgo intento dejarles descansar lo máximo. Si no fuera por esas molestias intensificaría bastante el entrenamiento.

En cualquier caso, quejarse no sirve de nada, así que hay que coger la bici y dar pedales.



MIÉRCOLES 8. CARRETERA A SANT SADURNÍ

Ese día hice una salida enteramente por carretera (qué raro), para “investigar” la ruta que tendría que hacer el domingo, pues como comenté en la anterior entrada, la idea era que Carlos y yo fuéramos desde mi casa hasta Sant Sadurní con la bici, hiciéramos la marcha del Open Natura, y volviéramos a casa pedaleando.

Así que tocó levantarse pronto, que por la tarde había que ir a trabajar, y un poco antes de las ocho ya estaba subido a la bici.
El trayecto, bien sencillo. Desde mi casa, subida hasta el puerto de La Creu Aregall, luego bajada hasta Gelida, y desde allí, más o menos llano hasta Sant Sadurní d’Anoia.

Claro, tengo que salir directamente en subida, con lo que el desayuno aún no bien digerido, y las piernas totalmente frías no me dejan llevar un ritmo muy bueno, y las pulsaciones van algo más altas de lo debido. Subo hasta La Creu a un ritmo bastante llevadero, siempre pensando en que luego tendré que volver, y prefiero exprimirme entonces, no ahora.

De bajada a Gelida paso un poco de frío, pues a esas horas de la mañana aún no pega el sol en ese lado de la montaña, y de Gelida a Sant Sadurní aprovecho para “pisarle” un poco y aumentar el ritmo, que total, es bastante llano todo.

Una vez en Sant Sadurní, media vuelta, y ya apretando un poco más hasta llegar a Gelida, donde inicio la ascensión a La Creu Aregall a un ritmo bastante bueno. Llego bien de fuerzas arriba, y bajando hacia Corbera aprovecho para alargar un poco la ruta yendo hasta L’Amunt.

Finalmente, un recorrido de 52 kilómetros en 2 horas y media, para un desnivel acumulado de poco más de 1000 metros. Las pulsaciones llegando a un tope de 180 por minuto, lo que da idea de que tampoco forcé en exceso. No está mal para hacerlo como toma de contacto.

Sencillito



JUEVES 9. SENDEROS POR CAN XANDRI

Al día siguiente había quedado con Juan y Ángel, compañeros de trabajo, para que me enseñaran una ruta por montaña que uniera Martorell con La Creu Aregall. Y es que toda esa zona montañosa que delimitan los pueblos de Martorell, Sant Andreu de la Barca, Pallejà y Corbera es bastante desconocida para mí.

Así que otra vez a levantarse pronto y pillar carretera hacia La Creu Aregall, pues había quedado con ellos a la salida de Martorell.
La primera parte de la ruta, exactamente como el día anterior. Pulsaciones altas, ritmo lento (sin pasarme), y frío bajando hacia Gelida. Además, al haber salido el día anterior, las piernas estaban algo más perezosas.

Una vez nos encontramos a la salida de Martorell nos dirigimos hacia la urbanización El Taiò, donde nos adentramos en la montaña para hacer un recorrido muy divertido, básicamente por senderos y caminos no muy anchos, con algunas subidas de bastante pendiente, unas más cortas, otras más largas, varias bajadas y algún tramo más llano, para acabar haciendo un circuitillo ligeramente rompepiernas, que la verdad me gustó mucho.

Bordeando la Serra de l’Ataix, la Plana de Sant Jaume, las Minas de Plomo y el Castell de Rossanes, bajamos por la urbanización Can Sunyer para salir a la carretera de Sant Andreu a Corbera, que dejamos enseguida para hacer la larga subida que va hacia la Masía de Can Xandri, y de ahí hasta la carretera que va de La Creu Aregall a Gelida, a poco más de medio kilómetro de la cima del puerto.

Las sensaciones, mejores de lo que me esperaba para haber salido el día anterior. Tampoco fuímos a un ritmo endiablado, pero en varios tramos me probé un poco para ver qué tal me iba en subidas de gran porcentaje. No pareció que me fuera tan mal.

Por falta de tiempo acortamos un poco la ruta, y una vez en la carretera nos despedimos, bajando ellos hacia Gelida, y subiendo yo hacia La Creu.

Esta vez no pasé por L’Amunt de camino a Corbera, que ya había tenido bastante con lo que habíamos hecho, y tampoco me sobraba tiempo.

En total me acabó saliendo un recorrido de 41 kilómetros y 1150 metros de ascensión acumulada, tardando 3 horas y 20 minutos en hacerlo (2 horas 55 minutos de pedaleo). No estaba mal para ser el segundo día consecutivo que cogía la bici, y es que yo necesito dejar un par de días de descanso por medio, que si no no recupero bien.

Parecido al anterior

Toda esa zona es desconocida para mí



DOMINGO 12. OPEN NATURA

Llegaba el domingo y tocaba ya hacer una salida un poco más larga, que la Selènika serán 110 kilómetros, y haciendo salidas de 40 ó 50 no voy a ninguna parte.

Como habíamos planeado, Carlos y yo quedamos en mi casa para ir desde Corbera hasta San Sadurní d’Anoia en bici. Una vez allí haríamos la marcha del Open Natura y volveríamos a Corbera en bici otra vez (a no ser que nos fallaran las fuerzas).

A las ocho salimos de casa en dirección a La Creu Aregall. Tercera vez en pocos días que empezaba una ruta haciendo ese recorrido.
Carlos, como siempre, a un ritmo más alto que yo, y eso que no se encuentra muy fino precisamente.

A ritmo de calentamiento fuímos tirando hacia Sant Sadurní, a donde llegamos a la hora prevista. Ya estaban allí algunos de los compañeros de trabajo con los que habíamos quedado.

De izquierda a derecha, Sergio, Johnny, Javi, Carlos, Ramón, Xavi y yo.
Falta Ángel que llegó después


La prueba constaba de unos 42 kilómetros de recorrido entre viñedos y bosques de la zona. Los caminos, muy pedregosos y polvorientos, se hacían más costosos de lo esperado. Y aunque el perfil era bastante llanito, sí que era algo rompepiernas, con contínuos sube-baja, que unidos a lo roto del camino en algunas zonas hizo que la dureza de la marcha fuera algo mayor de lo que podía parecer.

Al ser un recorrido “corto”, la idea era intentar llevar un ritmo relativamente alto, para probarme. Ya luego volveríamos a casa con más calma.

Así, desde el principio fui a una buena velocidad. Ayudó el hecho de que no salimos muy retrasados en el pelotón, que era de casi 800 personas. Eso sí, nada más empezar, cada uno de nosotros cogió su ritmo y fue a su aire hasta la meta, aunque acabé encontrándome con Xavi y con Javi.

En los primeros kilómetros me noté muy “clavado”, con las piernas doloridas, y no pudiendo mantener buenos ritmos en las subiditas que nos íbamos encontrando. Al menos en las zonas más llanas sí podía mantener un ritmo bastante elevado.

Poco a poco las piernas fueron entrando en calor y pude pedalear sin ese agarrotamiento que tenía al principio. Pero en las subidas era incapaz de llevar un ritmo decente. Aunque en general no fueron duras, sí que hubo algunas con pendiente de gran porcentaje en las que me fue imperativo poner el molinillo para poder subirlas.

Además, el terreno estaba bastante mal en algunas de estas subidas, y al haber cierta agolmeración de gente tocó en más de una ocasión poner pie a tierra y caminar un poco. También he de ser sincero y decir que por lo menos en una de estas subidas tuve que bajarme de la bici porque no fui capaz de subirla pedaleando.

Entre la parada de tres semanas que he tenido por culpa de mi “levantamiento de uña”, y que las últimas salidas que hice habían sido por carretera, me noto desentrenado a la hora de afrontar subidas duras y recorridos rompepiernas por montaña. Pero es que no se puede tener todo.

La parte “graciosa” de la marcha fue cuando cruzando el río Anoia por un paso de esos hechos de cemento o piedra para permitir el paso de vehículos quise ponerme de pie para “salir mejor en la foto”, y después de dar dos o tres pedaladas me patinó la rueda delantera y me pegué una castaña de lo más espectacular. Los fotógrafos aún se deben estar riendo. Y es que ya me vale.

Xavi, que venía detrás mío también se tuvo que reir un rato. Es más, yo creo que aprovechó el repecho que había al pasar el río para dejarme atrás y reirse sin que yo le oyera.

La verdad es que no era para menos. Bueno, siempre tengo que hacer una de las mías. Al menos no me hice daño, sólo una rascada en el antebrazo derecho. Eso sí, salí completamente empapado, pues había más de un palmo de agua. Sólo me faltaron unas aletas y un tubo de aire para pegarme unas brazadas y bucear un poco.

En cuanto cuelguen las fotos, que seguro que me hicieron, las pongo.

En fin, después de eso ya sólo quedaban unos pocos kilómetros que pude hacer relativamente bien, aunque al final llegué bastante agotado.

Allí estaban ya Carlos y Xavi, y al poco llegó también Javi. Comimos el bocata de butifarra que nos tenían preparado, y charlamos un rato sobre cómo nos había ido la marcha. Al poco llegó Ramón, y un poco antes de irnos Carlos y yo, llegaron Ángel y Johnny. Sergio llegaría más tarde.

Así que Carlos y yo iniciamos el camino de vuelta a Corbera. Aún nos quedaban esos algo más de 20 kilómetros, con subida a La Creu Aregall incluida. A ver cómo se nos daba. Yo iba bastante empapado, sobretodo los pies, y esperaba al menos no coger frío.

El camino hasta Gelida fue bastante llevadero, pero ya subiendo a La Creu, y para una vez que pasa tengo que decirlo, Carlos lo pasó un poco mal. Con decir que yo le tenía que ir esperando...

La verdad es que yo me encontré muy bien en ese tramo. Cogí mi ritmo y fuí tirando, casi siempre en paralelo con Carlos, pues yo no sé ponerme delante y marcarle el ritmo a alguien que va peor que yo. Me es más fácil ponerme a su lado y “acompañarle” en su sufrimiento. ¡Jajaja!, qué mal que iba Carlos. Eso sí, el tío aguantó como un jabato.

Al llegar a la fuente de La Saborida hicimos una parada para coger agua fresca, que supongo que fue la excusa que tuvo que poner Carlos para poder recuperarse un poco (lo siento cumpany). Después de una curiosa charla con un matrimonio que estaba allí cogiendo agua, acabamos la subida y bajamos hasta Corbera.

Bueno, al final de la jornada, y juntando los tres recorridos hechos, nos acabó saliendo una ruta bastante decente.
90 kilómetros y 2000 metros de ascensión, en algo menos de 5 horas y media de pedaleo.

No está mal, pero podía estar mejor


Pero no estamos bien. Para hace la Selènika me refiero. A ver si en los pocos días que quedan conseguimos afinarnos un poco más, que si noooo...



MIÉRCOLES 15. HACIENDO DESNIVEL

Después de constatar que no estoy bien en terrenos rompepiernas montañosos, y teniendo en cuenta que eso es lo que me encontraré en la Selènika, además de que será una prueba de gran kilometraje y bastante desnivel, decidí este miércoles hacer una salida exigente en lo que a dureza del recorrido se refiere.

De tal manera que después de llegar de trabajar y acabar de preparar los bártulos, salí a las cuatro de la tarde con la intención de hacer un circuitillo que fuera lo más rompepiernas posible.

Así que me dediqué a hacer caminos y senderos por los alrededores de Corbera, repitiendo tramos y subiendo algunas cuestas más de una vez, con la idea de acumular muchos metros de ascensión en pocos kilómetros.

Pasé por Can Casildo dos veces, Can Rafel, El Cau de la Guineu, el Pou dels Crestats, el Pla de les Comes, la Font de Sant Ponç, el Coll de Verdeguer, el Bosc de la Pinetella, por donde subí una cuesta interminable que nunca suelo hacer porque tiene tanta pendiente y tan mal terreno que hay que subirla a pie y con bastante esfuerzo, el “mini Puig Bernat”, que lo subí tres veces, el Lledoner, el Coll de La Creu d’Ordal, la bola del Puig d’Agulles, que me costó más que las últimas veces, el Montcau, interminable y fastidioso camino lleno de pedrolos que me hicieron bajarme de la bici y caminar un par de veces, la urbanización Safari, y ya por fin bajé hasta Corbera.

Fue una salida corta, de 45 kilómetros, pero bastante dura, con casi 1600 metros de ascensión acumulada, que no es poco. Estuve dando pedales 3 horas y 45 minutos, para un total de tiempo de 4 horas y cuarto.

Llegué petao a casa


Una tarde con mucho viento, calurosa cuando no soplaba, y un poco fría ya a partir de las seis, con lo que la última parte del recorrido fue algo incómoda para mí, que habría preferido sólo calor.

Y llegué a casa muy petado, demasiado para lo que había hecho. No estoy en muy buenas condiciones para afrontar la Selènika, pero habrá que intentarlo.

A ver si este fin de semana puedo hacer una salida que ronde los 100 kilómetros y los 3000 metros de ascensión, que si no, no sé que va a pasar el día 26...


Bruno

6 comentarios:

  1. Tot i que el dolor al genoll no et permet fer l'entreno que voldries.... no et queixaràs !!!! Segur que demà el temps et permet fer aquests 100km per ja acabar de fer l'entreno x la Selènika. Per cert, prova amb Àrnica (pumada o via oral)... és una planta homeopàtica que a mi em va molt bé i m'ajuda a curar les tendinitis als genolls, quan apareixen i em molesta. També banys de contrast : aigua freda-aigua calenta... va bé x activar la circulació i ajudar a desinflamar la zona (acaba sempre amb freda).
    Vinga, que vagi bé demà !!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Nika.
    La verdad es que siempre acabo la ducha echándome agua fría en las rodillas, y también me aplico de vez en cuando "guisantes congelados".
    Además me voy poniendo una pomada de ácido hialurónico, que no será la solución, y también tomo glucosamina y condroitina, por el tema de la condropatía rotuliana.
    Claro, cuando sólo hacía 25 ó 30 kilómetros no me molestaban, pero es que ahora es a partir de ese kilometraje cuando empiezo a estar caliente, jajaja.
    A ver mañana cómo se me da la salida, que voy a intentar que sea bastante durilla.
    Que te vaya muy bien a ti también, que seguro que te pegas una buena ruta.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Bruno buenos entrenos,lastima de hoy que estaba el dia fastidiado si no nos hubieramos metido una buena ruta,yo mañana saldre con los del canigo, a ver que tal.

    ResponderEliminar
  4. Sí Jorge, buenos, pero podrían ser mejores. Pero algo voy haciendo.
    Como dices, hoy era día para una buena ruta, pero con la que ha caído...
    A ver si mañana los caminos están medio bien.
    Que tengas buena salida con los caniguenses!

    ResponderEliminar
  5. Bruno, una semana completita, pero yo creo que aún así sufriras/sufriremos de todos modos, aunque unos más que otros.

    Me da la impresión que el domingo de la Selenika, va a caer un buen chaparrón. Tenemos que estar preparados para ello. Yo hoy 46 km. y más de la mitad pasados por agua. Te lo digo por que yo ya estoy entrenado para ello, jejeje....

    Vamos kumpañ que estas echo una fiera, aunque tú no lo sepas reconocer. ¿La Selenika...? eso esta chupao..... pa tí.

    ¿Donde estan las fotos...???

    ResponderEliminar
  6. Hace un tiempo habría pensado que sí, que la semana había sido completita, pero ahora sinceramente pienso que ha sido un poco justita, por lo menos teniendo en cuenta la que se nos echa encima.

    Ya verás que "bien" nos lo vamos a pasar en la Selènika, y si llueve, entonces sí que nos vamos a reir...

    Una fiera. Andaaaaa...

    Por cierto, cómo te gusta hurgar en la herida
    con eso de las fotos...

    :))

    ResponderEliminar