Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

domingo, 8 de noviembre de 2015

10 de octubre. REGRESO AL FUTURO 2


Nos había quedado muy buen sabor de boca después de nuestra primera salida juntos, así que no podíamos dejar pasar mucho más tiempo para hacer la segunda.

La idea era repetir la ruta anterior, pero con un par de modificaciones.

Una era acortar la ruta por la zona de los fatídicos senderos de los Boscos de Can Galceran, allí donde conseguí por fin que Agustí reventara y se tuviera que bajara de la bici y descansar.

Esta vez no había necesidad ni ganas (ni por su parte ni por la mía, siendo sincero) de volver a hacer aquellos senderos. Ya habría otra ocasión de probar si estábamos mejor de fuerzas.

La otra modificación consistía en alargar la ruta haciendo un tramo de llaneo por el río, que a Agustí le apetecía, y a mí me hacía gracia enseñarle esa zona para que la conociera de cara a una futura salida por su cuenta.

De tal manera que calculaba yo que nos saldrían más kilómetros que la otra vez, pero con menos desnivel.

Hora de salida prudente, y repitiendo la primera parte de la ruta de dos sábados antes. De Sant Esteve al Pont del Diable, donde haríamos una de las variaciones.

Incomprensiblemente, al llegar a la primera subida del día, Agustí hace exactamente la misma mala aproximación que la otra vez, y como si de un "déjà vu" se tratara, se me acerca por detrás, revolotea a mi alrededor, y le va de un pelo para no caerse al suelo. Pero bueno, ¡¿ésto lo has hecho adrede o qué?!

Después de recular para poner el desarrollo adecuado en su Rockhooper mientras se le escapaba la risa nerviosa, pudo por fin hacer sin problemas la "tan difícil" primera cuesta del día.

Sin más hechos remarcables que contar llegamos a las inmediaciones del Pont del Diable, que no cruzamos ya que nos desviamos para salir de Martorell por la antigua N-II, en dirección al Congost.
Y antes de llegar al final de la subida de salida de Martorell nos metimos a la izquierda por un camino que baja hasta el río Llobregat.

Era ésta ya una de las alternativas que quería darle a conocer a mi compañero. Es el camino que discurre por la ribera derecha del río Llobregat, y que te puede llevar hasta El Prat.

Nosotros no llegamos tan lejos, que no era el día, sino que nos quedamos a la altura de El Papiol, donde cruzamos el río para dar la vuelta.

Ahí estamos, cruzando el Llobregat.

En el mismo sitio, pero "mirando" hacia el mar.



Tenía tantas ganas Agustí de hacer ese tramo que me comentó si no podíamos meterle más caña, y aunque yo sabía que eso lo acabaríamos pagando, ¡qué coño, no quiere caña, pues metámosle caña!

Fueron unos diez kilómetros los que hicimos de llaneo por las riberas del Llobregat, y la verdad es que los hicimos bastante "ligeritos". Y como ya me ocurriera la vez anterior, hubo varios momentos en los que me costó seguirle la rueda. No veas cómo tira el tío. Ya te acordarás luego, ya...

Una vez nos acercamos a la Serra de les Forques cambiamos de camino y nos dirigimos, en paralelo al que traíamos, hacia el camino que nos ha de llevar a la Torre Fossada, el Camí del Portalet.

Ya aquí me di cuenta de que yo estaba en mejor estado que en la última ocasión, y también de que Agustí estaba peor, pues nada más empezar a subir fui capaz de poner un desarrollo algo menos corto que el otro día, a la vez que Agustí se quedaba un poco atrás, mientras resoplaba y comentaba lo mal que iba.

Hay que decir "en su defensa" que él no había vuelto a hacer nada desde aquel día, y aunque yo tampoco había hecho mucho, entre las dos salidas cortas que hice, y algún día de estática en casa, la diferencia se estaba haciendo palpable.

Llegados a la Torre Fossada tuvimos que parar durante un buen rato, pues según me dijo él iba bastante mal de fuerzas, mucho peor que dos semanas atrás.

Ahí se dio cuenta de cuánta razón tenía yo cuando minutos antes, en el río, le decía que estábamos yendo demasiado rápido y que lo acabaríamos pagando. Pero bueno, es que le pudieron las ganas.

Una bici mítica.

El pasado de las bicis de montaña. Una vieja, y otra antigua.



Sobre el papel la vuelta iba ser más fácil que el otro día, pues había suprimido de la ruta la difícil zona final de senderos y subidas duras donde Agustí acabó petando.

Pero en esta ocasión tampoco iba a resultar muy fácil la cosa, pues mi compañero iba realmente mal de fuerzas, y así me lo estuvo recordando constantemente en los pocos kilómetros que nos quedaban...

En la bonita zona de sendero del Torrent Gran d'Abrera.

Aunque la foto es malísima, se puede apreciar el buen rollo que llevábamos.



Y así fue como en la última parte de la ruta tuvimos que parar dos veces en sólo dos kilómetros porque Agustí iba realmente muerto y era incapaz de hacer enteras unas subidas que días antes había pasado sin ningún problema.

Aquí llega, pagando el sobreesfuerzo del río...

... y también las dos semanas de inactividad.
Eso sí, dándolo todo siempre.



Tengo que decir que aún yendo hecho polvo como iba, aguantó todo lo que pudo y no se rindió hasta que realmente vio que no daba más de sí. Y yo doy fe de que cuando se paró fue porque estaba realmente muy fatigado.

Incluso tuve unos minutos para poder probar su montura mientras él se recuperaba...

Al final nos salieron 42 kilómetros en 2 horas y 3/4 de pedaleo, con 550 metros de ascenso acumulado. Creo que son unas cifras nada despreciables teniendo en cuenta el estado de forma actual de Agustí. Así que hay que aplaudirle porque no todo el mundo habría hecho tanto en esas circunstancias.

Un perfil muy asequible... cuando estás bien.

Ampliando su zona de influencia.



Eso sí, también es cierto que si me hubiera hecho un poco de caso y se hubiera reservado durante la primera parte de la ruta, no habría acabado petando de la manera que lo hizo. Agustí, que además de una buena preparación física también hay que tener una buena estrategia...

Como no, acabamos la jornada comiendo en familia en su casa, y disfrutando de un agradable rato de charla y sobremesa.

A ver si más adelante podemos hacer una ruta un poco más en condiciones, con una montura y una condición física mejores...  


4 comentarios:

  1. Muy buenas estas dos entradas, son divertidas de leer, con tanta petacion y contra ataque. Jajaja

    En cuanto a los entrenos, no de obsesiones con ritmos y bla bla... Hasta cierto nivel lo que se nota son las horas y la continuidad, a partir de ahí ya si que se puede preparar algo.

    A darle duró aunque se acerque el invierno.

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    1. La verdad es que me lo pasé tan bien en las salidas como haciendo las crónicas, jajajaja...
      Tienes razón con lo delos entrenos, pero es que es cierto que tengo la sensación de haber pasado de cero a cien un poco a saco. Tendré que ir más poco a poco, pero con continuidad, como tú bien dices.
      Y a ver si no me echo atrás ahora que se acerca el frío...
      ¡Gracias por la visita, Theo!

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  2. Este Agustín tiene pilas alcalinas... como te aprovechas de él, eh???
    Bueno, veo que tu poco a poco vas cogiendo la forma, aunque sea para hacer pocos kms y Agustín en cuanto pueda seguro que la pilla rápido.
    Como dice Theo, no te obsesiones con ritmos y tiempos, lo importante es la constancia.

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    1. Pero si es él el que dice de apretar más, tendrías que verlo en acción...
      A ver si se puede dedicar más horas, que yo sé que le gusta.
      Y yo, hay momentos en que creo que voy a mejor, y otros en que creo que voy a peor.
      Lo cierto es que como decís, lo importante es la constancia... pero últimamente no la trato mucho...
      A ver si tú acabas con tus entrenos maratonianos, y así me animo un poco y hacemos alguna salidilla. Aunque eso lo digo ahora...
      ¡Cumpany, muchas gracias por los comentarios!

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