NUEVOS RETOS POST-SOPLAO

Este lunes, 10 días después del Soplao, he vuelto a salir con la bici. Esta semana de parón me ha venido bien, pues así he descansado física y psicológicamente. El cuerpo ha podido recuperarse de los esfuerzos de las últimas semanas, y la mente se ha podido olvidar un poco de la obligación que me había impuesto a la hora de entrenar.

Así que ya tocaba quitarle a la bici el polvo que aún tenía, engrasarle la cadena, y salir a ver qué tal me encontraba después de “aquello”.

Al llegar a casa después de trabajar, y tras pasar un rato un poco “perruno” durante el cual me he planteado no salir debido al calor que estaba haciendo, al final me he comido una especie de galleta de muesli y un trozo de chocolate, y he preparado las cosas dispuesto a salir un par o tres de horas.

Sin tener muy claro qué recorrido iba a hacer, a eso de las tres y media del mediodía ya estaba en la calle, pensando que a lo mejor no iba a pasar tanto calor, pues se había nublado el cielo y hacía un vientecillo muy agradable.

Finalmente he optado por hacer un recorrido por carretera, pues me apetecía hacer un par de subidas más o menos largas, sin las exigencias ni los cambios de nivel de la montaña, y porqué no decirlo, con las palabras del traumatólogo aún resonando en mis oídos (“mejor hacer carretera que montaña).

He salido de casa en dirección a Corbera Alta con la intención de subir a La Creu Aregall, previo paso de calentamiento por L’Amunt para no tener que empezar a subir con las piernas tan frías.

He hecho una subida bastante “alegre”, aunque sin forzar en ningún momento. Aún no tenía claro si no acabaría por hacer una incursión en el Puig d’Agulles o si iba a bajar a Gelida para subir por el camino de la Font Freda en dirección a la bola, ya que aunque la idea era hacer carretera no descartaba totalmente meterme en la montaña.

Al llegar a La Creu Aregall, bajadita refrescante hacia Gelida. Al final ha resultado que el día ha sido propicio para salir con la bici. Hacía el calor justo, no picaba el sol porque estaba nublado, y soplaba un viento más que ligero, que refrescaba sin llegar a molestar.

Una vez en Gelida se me ha ocurrido bajar hasta el río Anoia para hacer una subida larga yendo otra vez hasta el puerto de La Creu Aregall. Ya lo he hecho varias veces últimamente, y la verdad es que me gusta.

Al llegar al Puente de Sant Salvador, que así es como se llama el puente que cruza el río allí en Gelida, he decidido investigar un camino que parece que ha de seguir paralelo al cauce del río. Al cabo de unos pocos minutos, y unos muchos mosquitos, he acabado llegando a lo que parecía un viñedo particular.

Mirando hacia Gelida

Mirando hacia Martorell


Después de aprovechar para hacer las fotos blogeras de rigor, he decidido que no era el día de hacer investigaciones por ahí y me he dado la vuelta, pensando que quizás estaba desaprovechando el tiempo

Al llegar otra vez al puente, en lugar de tomar dirección hacia el pueblo he salido en dirección contraria, atravesando el barrio de Sant Salvador, con la intención de hacer un trocillo del camino asfaltado que hice dos semanas atrás con Jorge y Carlos.

El Camí de Can Bargalló es un camino asfaltado que discurre entre campos de cultivo, casi todo viñedos, y que acaba llegando al Polígono de Sant Esteve, al lado de la cárcel de Can Brians, y de la carretera que va de Piera a Martorell.

Finalmente lo he hecho entero, y dándole un poco de caña a los pedales, por aquello de que como iba a hacer una salida corta tenía que forzar un poco.

Así ha sido también el camino de vuelta hasta el río sobre el Anoia, donde ahora ya sí he empezado la subida continua hasta el puerto de La Creu Aregall.

La verdad es que he hecho una subidita bastante buena, como pocas veces la he llegado a hacer, y es que, sin estar ni mucho menos a un gran nivel, sí que me noto mucho mejor de lo que estaba hace un par de meses. También hay que decir que la salida estaba siendo corta, y eso se nota en las fuerzas que tienes.

Una vez en La Creu, bajada hacia Corbera, previo paso otra vez por el barrio de L’Amunt, y ya para casa. También en este tramo le he ido dando.

Al final, he llegado a casa bastante tocado de piernas. Incluso ya llegando, en la subida de la Font Vella, he tenido que apretar un poco porque venía el autobús detrás, y casi me da un calambre en el muslo derecho. Mmmmmm, tanto calambre no me gusta nada. Espero que fuera sólo fatiga por el esfuerzo bastante intenso que había hecho.

En total, 46 kilómetros en 2 horas 40 minutos, con 10 de paradas, para un desnivel acumulado de poco más de 1000 metros. Bueno, no ha estado del todo mal.

No está mal


La idea era repetir salida hoy, pero al final me ha podido la pereza, y finalmente me contentaré con hacer un ratillo de estática, sólo por mover las piernas.

Y para el sábado reemprenderé los entrenamientos en serio. ¿Entrenamientos?

Sí, porque aunque llevaba meses diciendo medio en broma que cuando acabara el Soplao “colgaría la bici y me retiraría en la cumbre de mi carrera ciclista”, la verdad es que después del Soplao no sólo no se me han quitado las ganas de bici, si no que cada vez me apetece más hacer pruebas largas, de 100km o más.

De tal manera que ya me he apuntado a otra “marchita interesante”, para el día 10 de julio, en Tarragona.

Será la primera edición de la VipXtrem, (clicar para ver información), interesante marcha de 128 kilómetros de recorrido, y unos 3200 metros de desnivel a superar.

Tiene muy buena pinta. Estuve por allí el año pasado haciendo una marcha de 30km (je, je, mis inicios el verano pasado), y me pareció un sitio muy bonito.

Pero creo que va a ser durilla. El perfil parece bastante rompepiernas, seguro que hará mucho calor, y bueno, aunque dan 13 horas para acabarla, ya se verá si la acabo, y en cuánto tiempo.

De momento, tengo muchas ganas.

Bruno