Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

domingo, 4 de abril de 2010

Con la bici a cuestas 27 de marzo de 2010


Al final perdí la cuenta. 10, 15, 20... No recuerdo cuántas veces me he tenido que bajar de la bici para sortear árboles caídos. He acabado hasta el gorro. Ese podría ser el resumen de la salida que he hecho hoy, pero por suerte, al final ha tenido más cosas que contar.

El plan para este sábado era salir casi todo el día con la bici, haciendo una parada en casa para comer. La idea era hacer un pequeño simulacro de lo que será la marcha de Los 10000 del Soplao, para la que ya queda algo menos de dos meses, y en la que tendré que estar todo el día subido en la bici, pues calculo que tardaré unas 15 horas en acabarla.
Eso si la acabo.

El día fue totalmente soleado, lástima de ese fuerte viento que ya hacía de buena mañana. Después de mucho dudar, al final acabé saliendo con el equipamiento incorrecto, por lo que algo de frío pasé.

Empecé la ruta bajando hacia el cruce de entrada en Corbera, para ir calentando las piernas, y ya en el pueblo tomé dirección hacia la "zona industrial". Nada más empezar el camino hacia El Cau de la Guineu, primera parada para sortear arbolitos. Decido sacar la cámara y hacer unas fotos, que el momento lo merecía. Allí me estuve un rato, si es que no había para menos. Vaya mañanita me esperaba. Por suerte, también me iría encontrando con árboles que ya habían sido cortados para dejar el paso libre.

Devastación por El Cau de la Guineu


Seguí adelante hasta la esplanada de la N-340 y me desvié hacia la masía de Can Planas, para, después de rodear el Coll de Verdeguer, bajar por una trialera que va a dar otra vez a la nacional. Algún árbol más que sortear, y camino a rodear el Mas del Lledoner, por el Bosc de la Pinatella.

Poco a poco conseguí mantener un ritmo, algo nada fácil debido a las continuas paradas, y así fui llegando hasta las inmediaciones del Pont del Lledoner, donde cogí un camino que se adentra en la montaña hasta llegar a unas instalaciones de Aigües de Vallirana que están al lado de la urbanización El Lledoner.

Volví otra vez hasta el puente, y subí a la entrada de la urbanización por un camino que discurre paralelo a la carretera. Más árboles caídos. Al llegar allí, y pasando por el tramo que aún queda de la antigua nacional, me dirigí hacia el Puig d'Agulles. Sin forzar para nada el ritmo, que aún tenía muchas horas por delante, llegué a la bola, donde hice las fotos de rigor.

La bola del Puig d'Agulles


Desde allí, bajada muy rápida hasta la falda de la montaña, y de ahí a una trialera no muy técnica que va a dar a Can Armengol. Luego, por la carretera de L'Amunt hasta Les Parretes, desde donde me dirigí a coger el sendero que sube hasta La Creu Aregall por la montaña.

"Peñas del Calaix"


Finalmente se acaba el camino y hay que hacer los últimos cientos de metros de subida por dentro de la urbanización, por unas cuestas bien buenas para ir haciendo piernas. Al llegar al puerto, bajé hacia Corbera hasta llegar al principio de la gran subida que va a parar a la urbanización Safari.

Tremenda esta subida, que siempre me gustó hacer, y que te exige mucho a pesar de tener sólo 700 metros de recorrido, pues se sube un desnivel de 100 metros. Por supuesto, la subo desde el principio con el plato pequeño, empezando con el tercer piñón para acabar poniendo todo el desarrollo. Suerte que está asfaltada...

Una vez arriba, bajo por dentro de la urbanización para pasar al lado de la hípica de Can Oller de la Muntanya, donde empieza un camino de bajada bastante pronunciada que va a parar a Gelida, concretamente al castillo, donde paré a hacer un par de fotos.

La iglesia de Sant Pere del Castell


Hecho el reportaje seguí hacia el pueblo para tomar un camino que va a la Font Freda, al lado de unas peñas en las que se practica escalada, y pasa por la masía de Can Voltà de la Muntanya. Es una subida no muy dura, pero en la que hay que regularse, y que acaba llegando a la falda del Puig d'Agulles, desde donde inicio la segunda ascensión de la jornada a la bola.

Me puse un ritmo fácil y fui subiendo poco a poco, guardando fuerzas para los últimos 300 metros, que tienen una pendiente de gran porcentaje. Al llegar a la bola, y como suelo hacer siempre, me acerco hasta el punto geodésico para admirar las vistas, y también hacer unas fotos, aunque no sean de primer premio de concurso fotográfico.

A lo lejos, entre otros, El Montpedrós y El Montbaig


A estas alturas de la jornada ya llevaba 5 horas y casi 50 kilómetros recorridos, con un buen desnivel acumulado, y me sentía las piernas bastante cargadas, por lo que pensé que era buen momento para volver a casa y hacer el avituallamiento serio del día. Así que bajé el Puig y me volví a meter por la trialera que va a Can Armengol, para luego coger la carretera de L'Amunt en dirección a Corbera.

Una vez en casa, "estiré" un poco las piernas en la estática, comí, y aproveché para cambiarme de ropa. Una hora y media después de llegar volví a salir a la calle, dispuesto a pedalear durante dos o tres horas más, aunque no sabía cómo me iba a sentar el parón, ni la segunda parte de la ruta, ya que la primera la había acabado bastante justo de fuerzas.

Inicié la ruta igual que por la mañana, pero antes de coger el camino del Cau de la Guineu me desvié hacia la masía de Can Casildo, para intentar hacer una ruta diferente. Como era de suponer, por esta zona también me fui encontrando árboles caídos en medio del camino, lo que hacía que la paciencia fuera algo imprescindible para no desanimarme.

Después de una larga parada para hablar con un hombre que estaba instalando puertas de madera en las inmediaciones de la masía, continué mi recorrido en dirección al hotel de Can Rafel, a un ritmo no demasiado bueno, aunque poco a poco fui mejorándolo. Al llegar al hotel hice un par de veces la cuesta que lo rodea, que tiene una buena pendiente, además de unas vistas espectaculares que aproveché para fotografiar desde el parking.

Las peñas del Mirador


Me fui del hotel para, previo acercamiento a Can Paulet, dirigirme hacia la Font de Sant Ponç (Font Freda según un cartel) por un camino que atraviesa lo que ahora es una zona privada en la que están construyendo unas instalaciones de "juegos de guerra". A pesar de los cartelitos que avisaban de la conveniencia de no pasar por allí, por ser una propiedad privada (¡!), seguí mi camino previsto, eso sí, con precaución, ya que tenía que pasar obligatoriamente por allí para llegar a la fuente.

Un rato más tarde, en la entrada de la fuente, un árbol de grandes dimensiones me hizo parar y aprovechar para sacar más fotos, pues ya me lo estaba tomando a cachondeo.

Pasando a través de un árbol


Seguí hasta la fuente, donde había un gran destrozo arbóreo (ya no quise parar a hacer más fotos), de ahí subí hasta el cruce de caminos del Coll de Verdeguer, volví a bajar a la fuente, y ya la pasé de largo para ir a dar al camino que viene del Cau de la Guineu y llega hasta la esplanada de la N-340.

Eran ya casi las siete de la tarde, pero como no estaba contento con la ruta que estaba haciendo, y además quería aumentar el número de metros de ascensión, decidí subir hasta el puerto del Ordal. Así que cogí la nacional y subí hasta El Lledoner, donde tomé la vieja carretera que sube hasta La Creu d'Ordal. La verdad es que, a pesar de las horas que llevaba ya de ruta, subí a un ritmo bastante aceptable.

La Creu d'Ordal


Después de hacer la última foto del día, tomé camino de regreso a Corbera bajando por la nacional hasta el Mas del Lledoner, donde me metí en la montaña para bajar por el Camí de Can Dispanya en dirección al Pou dels Crestats, y de allí a Sant Ponç. Ya sólo faltaba pasar por Can Rigol y L'Amunt para coger la carretera hasta Corbera Alta, y de ahí a casa, subiendo por la Font Vella, y llegando hasta la Font del Rabadà, sólo por hacer unos pocos metros más de ascensión.

Al final, combinando las dos salidas, que es de lo que se trataba, acaba saliendo una ruta bastante aceptable, a pesar de los inconvenientes encontrados durante el recorrido.

Distancia recorrida: 86 kilómetros
Altitud mínima: 174 metros, máxima: 646 metros
Desnivel acumulado: 2825 metros
Tiempo: 9 horas
Tiempo real de pedaleo: 7 horas 15 minutos


Estoy satisfecho por haber hecho cinco horas y media por la mañana y otras tres y media por la tarde, con el largo parón del avituallamiento casera de por medio. Además, la segunda parte de la ruta la acabé haciendo a un ritmo más que aceptable, teniendo en cuenta la cantidad de horas que llevaba ya encima de la bici.

Y también estoy contento porque, a pesar de algunas molestias que fui teniendo, las rodillas no me molestaron en exceso. Esperemos que siga siendo así en próximas salidas.

Bruno

2 comentarios:

  1. Podrias haber llamado la crónica "El árbol caido" o "El salto del árbol", jejeje...
    Menuda paliza te has pegado macho, pero eso no es nada en comparación con lo que nos espera, ufff!!!! que poquito nos queda. Ahora ya empiezan los entrenamientos más serios, pero creo que ya te has dado cuenta, ¿no?.
    Haber si quedamos algún dia y nos hacemos un maratón bueno.
    Yo mañana voy al trauma y después seguramente quede con mi primo, bueno él ya estará rodando por ahí.

    Carlos.

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  2. Sí, pensé en titularla "Crónica de un árbol caído", pero es que no fue uno, ¡fueron un montón!
    ¿Qué si me he dado cuenta? Pues no veas si intento hacer rutas bestias para entrenar, pero estoy horas y horas, ¡y esto no cunde!
    Oye, lo del Soplao, ¿no se habrán equivocado y en lugar de 165km, serán 16,5km? Porque si no...
    A ver si te vienes por aquí un día, y nos pegamos un buen rutón.
    Que vaya bien mañana.

    Bruno

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