Sin metas pero con objetivos, sigo disfrutando de las bicis y de otras actividades. Intento aprender continuamente para mejorar como persona, física y mentalmente. Este blog sigue siendo una especie de diario personal en cuanto a lo ciclístico, pero va siendo hora de ir añadiéndole algunas cosas más que también captan mi atención...

miércoles, 21 de abril de 2010

Una rutilla satisfactoria


A veces las rutas más tontas son las que te dan más satisfacciones. Y es lo que me ha pasado hoy a mí.
Once días después de la última salida que hice, hoy he conseguido volver a coger la bici.

Aunque de buena mañana me daba un poco de “palo”, según me iba preparando me iban entrando las ganas de salir. Además el día perfecto que hacía incitaba a ello.

Después de unos minutos perdidos en la puerta de casa intentando que el gps reaccionara (supongo que los días de inactividad también le han afectado), he acabado saliendo casi a las ocho y media de la mañana, “rumbo a lo desconocido”. El plan para hoy era descubrir la manera de bajar desde Corbera hasta el Llobregat sin tener que ir por la carretera.

Primer destino, la masía del Mas Tabà, a medio camino entre Corbera y La Palma.
La idea era, desde allí, coger un camino que, según me había explicado mi primo Víctor, iba hasta el merendero de Can Vía. El problema ha sido que al llegar a la masía dos perros han salido a mi encuentro diciéndome no sé qué (supongo que no me estaban dando los buenos días), y me han hecho coger el camino que ellos han querido, con lo que una vez los he “despistado”, mi temor ha sido que ese camino se cortara y tuviera que volver hacia atrás.

Claro, de bajada no me ha sido difícil dejarlos atrás (aunque uno me ha acompañado bastantes metros), pero si tenía que dar la vuelta estaba vendido, pues me los encontraría de subida. Al final ha habido suerte, y después de cruzar la riera de Corbera he podido seguir camino hacia Can Vía.

Después de eso he investigado un par de caminos, que he descubierto iban a parar a la carretera, uno justo salir de Corbera, y otro antes de la Curva de la Victoria.
Una vez vistos he seguido adelante, para tener que cruzar un par de veces más la riera antes de llegar a La Palma, y meterme por un camino que va a la zona de los huertos.

Desde allí he seguido investigando caminos, que me han llevado a Can Vidal uno, a Can Vía dando una vuelta muy guapa, otro. Por toda esa parte de atrás de La Palma y de Can Vía hay varios caminos que van a parar a la zona de Cervelló y Can Paulet. Otro día miraré de recorrerlos.

Por cierto, que volviendo de Can Vidal, por emperrarme en subir una rampa con un desarrollo inadecuado, me he ido al suelo, para variar, gracias a mi gran destreza con los pies enganchados en los pedales. En fin...

Después de dar unas vueltas por esa zona, he vuelto hacia La Palma, y ya me he ido en dirección al cementerio, en busca del camino que me llevara hasta el río.
En otro momento, y con más tiempo, lo volveré a intentar. Hoy lo que he conseguido es llegar hasta la gasolinera nueva del polígono de Les Fallulles, que también me ha parecido un camino bueno de conocer.

Allí me he tomado un gel energético, que la verdad, toda la salida la he estado haciendo con desarrollos más duros de lo habitual, y ya me notaba algo tocado.
Y ya me he vuelto para casa, rehaciendo el camino que había hecho a la ida, y mirando de mantener un buen ritmo, ya que como era una salida corta quería entrenar un poco la fuerza, y a la vez, la agilidad.

Por supuesto he hecho una paradita para estrenar mi nueva cámara de fotos, que la ocasión lo merecía.

En la riera, cerca de Can Vía


Claro está, no he vuelto por el Mas Tabà, sino por los caminos “alternativos” que había descubierto.
Al salir a la carretera justo antes de entrar en Corbera, me he tenido que esperar unos minutos, apoyado en un camión de los que están asfaltando la carretera, a que pasaran un montón de coches, en uno de los cuales iba Sandra, que si no me llega a saludar, yo ni la veo.

Desde ahí, he subido hasta casa por las curvas que van a Can Xorra, a todo lo que podía. Con un desarrollo medio, y a un ritmo de pedaleo alto.

Al final, he llegado muy satisfecho a casa. Por los caminos descubiertos, por el buen aprovechamiento que he hecho de las tres horas que estado por ahí, y porque no me he encontrado nada mal físicamente, aunque claro, tampoco ha sido una salida tan larga como para llegar exhausto.
Pero bueno, he vuelto a salir, y además he disfrutado mucho.



Distancia recorrida: 34 kilómetros
Altitud mínima: 48 metros, máxima: 299 metros
Desnivel acumulado subiendo: 915 metros
Tiempo: 3 horas
Tiempo de pedaleo: 2 horas 40 minutos


Otro día, más.

Bruno

2 comentarios:

  1. Lo prometido es deuda, buena ruta para inspeccionar el camino para el sabado, pero que no haya perros, mejor lo dejamos en chiguaguas, jeje....
    Que poquito nos queda tío, para el primer match boll.
    Força kumpañ.
    Carlos.

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  2. Je, je, ya no vuelvo a pasar por donde los perros...
    Que poquito, que poquito nos queda... pa' comer polvo!!!
    ¡Salud, company!

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